Opinión

Tasas y obviedades

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Un estudio de la Universidad Pública de Navarra presentado la pasada semana ha despertado las alarmas: La tasa de pobreza en la Ribera dobla a la de Pamplona.

Son de agradecer los datos de la CIPARAIIS (Cátedra de Investigación para la Igualdad y la Integración Social) de la UPNA, pero hasta ahí ya habíamos llegado todos aquí.

El problema es justo ese, que desde la Cuenca, no se enteran de lo que se cuece aquí.

Aquí hay más trabajo, pero más precario. La Agro Industria tiró del empleo y de la inmigración hasta que la hostia que se metió la construcción frenó la economía hasta el punto de que poblaciones como Corella, Tarazona o Cintruénigo, son fiel y triste reflejo de la realidad socio-económica actual. Con unas tasas de desempleo que asustan por mucho que se miren y analicen. Con población propia y foránea, formada y sin formar, con nulas perspectivas de futuro más allá de eso que vergonzosamente han dado en llamar ‘emprendimiento’, que es la forma progre y moderna de recuperar la triste realidad del ‘buscavidas’ autónomo.

Las tasas y ratios que dan informes y estudios sirven para realizar una fotografía fiel. Ahora bien, retratarse no es contribuir a cambiar la situación. Y como pasa con los llamamientos que realiza Cáritas, nos quedamos en eso, en dar una voz de alarma que llega sólo a algunos despachos y no se traduce en acciones. Porque aquí, a pie de urna, los alarmados ya están en el ‘sálvese quien pueda’ hace demasiado tiempo.

Y eso, además de enquistarse -que ya está- va a tener mala solución y difícil papeleta para dislumbrar un futuro con más o menos un poquito de proyección.

Y entretanto, la basca, entretenida con Escocia, Cataluña, Osasuna y el ‘Madrí’. ¡Viva la Pepa!