Opinión

Parón ¿realmente necesario?

Es sorprendente cómo se para la Administración en esta tierra nuestra... En noviembre, llega San Saturnino y comenzó el acabose. Y en Junio, para cuando arrancan las Fiestas de Castejón, el día 27 para más señas, lo que no hayas hecho, olvídate de hacerlo hasta septiembre u octubre. ¡Es así!

Parece un tópico, pero es la realidad de este país en el que paramos dos horas ‘a comer’ y trabajamos luego hasta las mil, se supone que para compensar cañitas, cafés, cigarritos y demás chácharas -profesionales o no- con compañeros y/o paisanos. ¡Si no, no se entiende!

En cualquier caso, al margen de la productividad y la organización empresarial patria, de la que ya hablaremos cuando proceda, es poco ágil, por no decir directamente ‘impresentable’, que Gobierno foral y sus respectivos departamentos, así como ayuntamientos, entes públicos y otros servicios, cierren durante días y días sin explicación alguna.

Hay servicios relacionados con el turismo que, inexplicablemente, se paran en puentes, fines de semana y fechas clave. Otros permanecen abiertos, es verdad, pero en el día a día es tal la falta de relevo -real- entre los profesionales, que es imposible que se pueda dar servicio sin crear un transtorno al usuario administrado.

Si uno se plantea abrir una empresa, pongamos que en mayo, no puede contar con toda la amalgama de innumerables papelitos que se necesitan para trabajar ‘fetén’ hasta que los ‘niños’ -unos y otros- vuelvan al cole, avanzada la vendimia. ¡Y así, un país, una comunidad o un pueblo, no puede vivir ni sobrevivir en este mapa actual de desencuentros y despropósitos en que nos encontramos!

Y ya repasaremos el erial cultural en que se encuentra la Ribera durante el verano que, por desgracia, ya es un mal endémico en esta tierra del sólo ‘¡Osasuna!’.