La UNESCO declaró al 5 de octubre como Día Mundial del Maestro para reconocer el trabajo de las personas que hacen de la enseñanza su vida, ya que, como ocurre en el mundo sanitario, la labor de estos profesionales ha quedado empañada por la estúpida sombra del ‘tenemos derecho’ y el ‘cumple con su obligación’.
Así, no se valora como se debiera la dedicación y vocación de estas personas cuyo aliento permanente orienta a los más pequeños y jóvenes para su formación.
Antaño la palabra del maestro era tomada como sagrada ley y ahora, sin embargo, se cuestiona y acalla porque vivimos en la sociedad del todo vale donde se espera que se eduque en el colegio y en casa no se hace nada salvo encender el televisor.
Y así nos va. La educación ha abandonado la cultura, que ahora es adoctrinamiento, y se ha olvidado tanto el respeto debido como el reconocimiento y agradecimiento que debería darse, cada día, a nuestros profesores, que realizan una tarea impagable para el futuro.
Mariano N. Lacarra
Director
