Opinión

Los osos y los sindicatos agrarios

Estos días UAGN, la Unión de Agricultores y Ganadores de Navarra, y EHNE, Euskal Herriko Nekazarien Elkartasuna, están poniendo el grito en el cielo porque se han registrado tres ataques a ganado. Por ello, han asegurado “que está trabajando intensamente para que la retirada de los osos en el Pirineo se haga efectiva”, reivindicando esta medida ante el Ministerio de Medio Ambiente y el Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Navarra que, en permanente campaña electoral, no han sido capaces más que de dar el ‘bienva’ a los afectados sin plantear criterios y objetivos claros.

Nuestros abnegados agricultores y ganaderos no están entendiendo las posibilidades de futuro que aporta un animal que, junto al lobo, nunca debería haber desaparecido de nuestros montes.

En Canadá y en comarcas de Asturias y Cantabria, se está desarrollando todo un negocio en torno al avistamiento de estos plantígrados así como para la visualización de manadas de lobos en libertad, y aquí volvemos a antiguos miedos y a la tradicional saña y persecución a que hemos sometido histórica e ilógicamente a estos animales.

Está claro que UAGN y EHNE no tienen claro porqué se reintroduce el oso pardo en el Pirineo. Y ocurre lo mismo con el Comunal en la Zona Media y la Ribera. Deben entender, que el entorno, que el medio, no les pertenece, y que la única función del mismo no es la ganadería y agricultura extensiva como hasta ahora se prodigaba.

Su tan preocupante rentabilidad económica está más cerca y será más viable cuanto más cuente con estos pobladores de nuestros montes, que ya estaban cuando llegamos y con los que debemos aprender a convivir por el bien de todos y del planeta.