Tras el Tratado de Lisboa, la legislatura Europea que se iniciará este domingo tras los comicios, va a marcar en los próximos cinco años el arranque de la creación definitiva de los Estados Unidos de Europa, en los que la otrora Unión Europea avanzará en el proceso de integración económico, financiero y político más importante de su historia.
Por ello, creo que si la ciudadanía da la espalda al encuentro con la urnas convocado este 25 de mayo, cometeremos el error de hacer pagar con la abstención los errores de bulto de un sistema mal configurado y desarrollado, pero que es lo único con lo que, a fecha de hoy, cuenta el Pueblo.
De este modo, frente al castigo y la rabia popular con la 'clase política', entiendo que la mejor forma de plantarle cara, frenando los intereses de los lobbies transnacionales que nos gobiernan, es participando.
Mantenerse al margen supone, a la hora de la verdad, refrendar el bipartidismo y dejar claro que no se quiere cambiar nada, con la excusa y la pereza del 'más de lo mismo' habitual con que nos encontramos. ¡Qué más quisieran!
La oferta electoral con 41 listas al Parlamento Europeo permite justamente eso, estar sin estar, para que el voto en blanco, la abstención o incluso el voto nulo -ese que da ganas de llenar cada sobre de improperios, 'reflexiones' y bulas-, resulte, a la postre, completamente inútil... ¡Es lo único que nos dejan hacer, de momento, y es absurdo no hacerlo por despecho o por desgaste!
