Opinión

Depresión colectiva

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No es sólo por Bárcenas, o por los Pujol, o el Monedero. No es sólo por la vergüenza ajena que producen los muchos casos estilo ‘Osasuna’. La actual crisis lo es también de depresión colectiva. De desencanto. De tedio, de sosez consumada y elevada a la enésima potencia. Y hay una parte de ella sobrevenida pero, sin duda, otra lo es provocada. Conducida.

Cuanta mayor la desazón, el miedo y el inmovilismo individualista, más fácil se nos conducirá cuan borregos.

Sin embargo, la parte que nos corresponde a cada cual, necesita de la terapia del sentido común y la alegría. A pesar de la situación, de la incertidumbre, la vida sigue.

Crisis de verás vivió mi Abuela Ana con 9 hijos en el ‘36. Ahora, a pesar de muchos pesares, tenemos infinidad de cosas buenas a nuestro alrededor. Ese vilipendiado y manido ‘bienestar’ del que tanto se habla aún nos acompaña. La Educación, la Sanidad, la convivencia colectiva están ahí. De modo que no tiene sentido dejarse absorber por la inmundicia que nos rodea.