Se dice que el comandante del avión accidentado dijo aquello de “abre esta maldita puerta” cuando el copiloto suicida se encerró. Pero aquí, con pie en tierra, dan ganas de gritar lo mismo para que se aireen las puertas de la información, para que fluya la verdadera comunicación y de verdad no nos atonten con tanto amarillismo.
La cobertura informativa en torno al siniestro ha sido, y está siendo, grosera y sobredimensionada, pero no parece importar a los grandes medios.
Pretenden tenernos entretenidos con basura audiovisual para que no pensemos mucho y no pidamos explicaciones cuando un presidente de Gobierno inaugura una carretera que debió solucionarse hace una década; se modifica una Ley para beneficiar a los amigos; o se gestiona con puertas giratorias en las que se hacen favores para luego colocarse, permitiendo que las empresas de la energía, por poner sólo un claro ejemplo, nos roben a manos llenas con los reglamentos de su parte.
Así pues, que le den duro a lo del avioncito... Le están haciendo un gran favor a la literatura, echándonos de la tele hacia hábitos más ilustrados.
Mariano N. Lacarra
Director
