¡Hola Valentín!
¿Qué tal majo? ¿Dando la vuelta un año más, no?
Recordándote un poco…Según la enciclopedia católica, fuiste uno de los tres mártires ejecutados en tiempos del Imperio Romano. Médico que te hiciste sacerdote. Por aquellos tiempos, El emperador Claudio II prohibía casarse a los jóvenes porque a su juicio los solteros sin hijos eran mejores soldados. Sin embargo, Tú consideraste injusto ese decreto y le desafiaste. Lo hiciste casando en secreto a parejas jóvenes. Luego, claro…esto llegó a oídos del emperador y te llamó a Palacio. Hablaste con él del tema y aunque al principio te escuchó y le interesaba lo que escuchaba, finalmente fue disuadido por el gobernador de Roma y mandó decapitarte, allá por el 270… ¡Que pobre…y tú que querías hacer un bien…!
Como al final te has quedado ahí insistiendo con esto del amor mira a ver si pones un poco más de interés hijo mío porque esto se te escapa de las manos.
No sé si te das cuenta que hoy en día el Amor ya no es estable; es versátil, cambiante y voluble, muy débil y fácil de manipular. La sociedad de alguna manera demanda a la flexibilidad en todo y parece ser que en el amor tristemente también.
Fíjate tú hasta qué punto todo esto se va de madre que ahora resulta que la Psicología recomienda cambiar de pareja cada cinco años para ser felices así que menudo trabajo les queda a los que casan a las parejas…tendrán que cambiar su discurso diciendo: - “Prometes serle fiel, amarle, cuidarle, respetarle, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza…etc,etc, hasta dentro de cinco años…¡ Madre mía, que liada!...Ya les vale.
En fin, Valentín…Que a menudo empiezo a quedarme presa del más absoluto desconcierto.
Pero no solo te van a caer chaparrones. También hay que felicitarte por todas esas parejas que sigues manteniendo y que con el paso de los años ahí siguen con el amor, la pasión y la felicidad, el cariño, las risas, el espacio de cada uno, el saber admirarse, comunicarse, comprenderse, acompañarse, sincerarse el uno con el otro… y sobre todo tienen esa fortaleza para seguir adelante.
Así que, No matemos el amor, obviamente, lo es todo en la vida.