Opinión

Despedidas triunfalistas y nuevos retos en educación

Desgraciadamente, como portavoz de STEILAS,  tuve que manifestar una y otra vez a lo largo de la anterior legislatura  mi opinión crítica ante las actuaciones de las personas responsables del departamento de educación. 

La consejera saliente y su equipo han logrado un reconocimiento internacional gracias al premio otorgado merecidamente  por la UNESCO al programa SKOLAE.  Hemos manifestado nuestro apoyo público al programa y nuestro reconocimiento y solidaridad ante la persecución de la derecha a  sus autoras y autores y a las personas  responsables de su implementación. No obstante, como el reconocimiento no va a ser recíproco, tenemos que reivindicar el papel de STEILAS, que durante largos años, más bien décadas, de inacción por parte del Departamento en el tema de la coeducación ha ofrecido a los centros y al profesorado propuestas y materiales para intentar paliar, al menos mínimamente, las carencias en este ámbito. También tenemos que señalar que durante casi la mitad de la anterior legislatura, las responsables de la Secretaría de la Mujer del sindicato nos dirigimos reiteradamente a responsables del departamento para recordar los compromisos adquiridos en materia de igualdad en el programa de gobierno y para ofrecer nuestra colaboración, pidiendo también que retirasen, tal como había exigido el Parlamento, el nefasto plan del gobierno de UPN de la página web del departamento. Afortunadamente, finalmente, llegó SKOLAE.

En el haber del gobierno saliente en materia educativa podemos nombrar también  los loables intentos de planificación, en los que podemos o no coincidir: planes de formación,  innovación,  FP o el de atención a la diversidad… Por desgracia, éstos se han puesto en marcha sin los recursos suficientes, responsabilizando,  una vez más, de su éxito o fracaso al   profesorado.  

También se podría incluir el acuerdo alcanzado con las organizaciones sindicales para empezar a revertir los recortes impuestos por el gobierno de UPN desde 2010,  el Pacto por la Mejora de la Calidad Educativa. No está incluido en él todo lo deseable, tal como señalamos en el momento de su firma la mayoría de las organizaciones sindicales, no obstante consideramos que era un punto de partida. También en el seguimiento de  este tema hay poco que aplaudir. Muchos de los puntos que debían haberse concretado durante el pasado curso no han sido objeto de negociación y algunas de las medidas calendarizadas, por el momento,  no se han aplicado. Centenares de docentes esperan todavía que se les extienda, aunque sea con carácter retroactivo, el contrato a los meses de verano, tal como recogía el pacto y  el personal interino mayor de 60 años esperará en vano que se le aplique la reducción de un tercio de jornada.

Para acabar esta somera evaluación de la legislatura en materia educativa, hay que señalar que la gestión del día a día ha sido totalmente caótica.

Por todo ello, no creo que haya motivo para las despedidas triunfalistas a las que hemos asistido. Habríamos agradecido una valoración más ajustada de logros y promesas incumplidas.

Faltan pocos días para el inicio de curso y dará comienzo con un nuevo consejero y un nuevo equipo. Después de leer con detenimiento el programa de gobierno en materia educativa espero que al menos se tomen en serio  el tema de la financiación  de la educación  y que se logre alcanzar el compromiso de  inversión del 5% del PIB. Espero también que esta inversión se canalice a  la escuela pública y especialmente se dote de los recursos necesarios a la atención a la diversidad. No dudo de que se mantenga SKOLAE en los centros públicos, lo cual es una buena noticia,  aunque no sé si lograrán implantarla en los centros privados. Soy menos optimista respecto al tratamiento del euskera, dada la euskafobia  que el señor Jimeno ha manifestado hasta ahora y la falta de voluntad del PSN para acabar con la zonificación lingüística. Y he notado una total ausencia de compromisos con respecto al ciclo educativo 0-3, cuyas trabajadoras  llevan años y años reclamando una gestión común de los centros y unas condiciones  dignas de trabajo. 

Hay mucho trabajo por hacer y muchos retos en educación. Estaremos vigilantes. De momento, esperaremos los 100 días de cortesía antes de hacer una valoración de la acción del nuevo equipo.

Amaia Zubieta Garciandía