Opinión

Las fiestas y el cambio

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Navarra se cubre de blanco y rojo desde principios de julio hasta entrado el otoño. El verano acompaña nuestra necesidad de transgredir la rígida rutina. Rutina rota tras las últimas elecciones municipales y autonómicas. Navarra también cambia. Está por ver si el vuelco podrá deparar el deseado y deseable avance en el bienestar social perdido, pero al menos, cabe la esperanza.

No tiene fácil el Ayuntamiento de Tudela recuperar la calidad de los servicios recortados. Un mecanismo perverso en forma de ley, le impide disponer de los fondos necesarios. Sólo puede aumentar su presupuesto en gasto corriente un 1,3% sobre lo ejecutado anteriormente. Es decir, como el Ayuntamiento recortó en limpieza y otros servicios elementales, esos recortes que aminoraron el gasto municipal en tan necesarios servicios, pueden atenazar parcialmente los intentos del nuevo Ayuntamiento por recuperar el tiempo perdido. No obstante, el comienzo ha sido prometedor. La fuerte bajada de ingresos de las y los concejales y Alcalde, el ahorro en determinadas cuestiones vinculadas a las fiestas, junto a actitudes como la preocupación por las personas sin hogar ante la ola de calor, son totalmente nuevos en un equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento. Son cambios que huelen a limpio, a corporación que se siente gente y se preocupa por la gente.

Seguro que en estas fiestas sigue habiendo más gestos de cercanía a las y los ciudadanos. Seguro que Izquierda-Ezkerra sigue manteniendo su propuesta de que el cohete rote entre los grupos y que no tengan por qué ser concejales quienes lo lancen. Seguro que los asientos reservados podrá utilizarlos quien realmente los necesite: mayores y otras personas con necesidades funcionales. Cuando, además de todo eso, sea este equipo de gobierno quien diseñe el programa de Fiestas, seguro que se hará con participación ciudadana. En las fiestas, también cuenta el cambio.

¡Felices fiestas. Zorionak!