El Ayuntamiento de Tudela ha decidido equivocarse al acordar gestionar de forma directa el acotado de caza de su término municipal.
A los nuevos ediles les honra haber escuchado a cazadores, agricultores y técnicos hasta el último minuto, pero se confunden dando la razón al Departamento de Medio Ambiente, auténtico talibán enemigo de la práctica deportiva de este tradicional aprovechamiento comunal, que siempre llega tarde, como ha ocurrido y quedado demostrado con la gestión de la presencia de el siluro en nuestros ríos.
Al Consistorio la medida, además de mucho dinero, le va a costar un ingente quebradero de cabeza. Por su parte, los cazadores deberían modernizar sus formas, y los agricultores, moderar sus reclamaciones, que todos deben aportar para desenquistar este problema: ¡Están gestionando una tierra comunal en la que el usufructo es, y debe ser, a beneficio de todos los vecinos!
