Opinión

Mi gran generación

Dice un dicho popular: que el  que vive a todo llega, y tiene mucha razón.
Pero existen muchas formas de llegar: con orgullo o sin él, con dignidad o sin ella. Se da la circunstancia que los que  han llegado o estamos llegando a la merecida jubilación, somos la generación que trasformó una dictadura en democracia.

Construimos con muchos sacrificios una España que entre todos la mejoramos tanto que fue ejemplo y admiración del mundo. Conseguimos pasar de la España rural y pobre a crear una clase media, con enormes posibilidades de mejorar el futuro. Jamás en nuestra historia se disfrutó de tantas expectativas de que alguien nacido en el seno de una familia humilde, pudiera llegar hasta donde se propusiese según sus conocimientos y no según su cuna. Quizás hoy en día puede sonar a cuento o utopía, pero fue real.    

Quien nos iba a decir a esta misma generación que hoy, en el 2018, tendríamos que salir a la calle para defender el derecho a una jubilación digna y más que merecida por los servicios prestados, como en su día salimos a defender la democracia. ¿Qué está pasando? Estamos manteniendo a nuestros longevos padres, a nuestros hijos y a nuestros nietos. Tampoco esto había ocurrido nunca. Los jóvenes están anestesiados, dicen que no les va la política… No es  la política lo que hay que combatir, si no a los políticos que la gestionan mal y nos roban impunemente.

Somos muchísimos de la generación que nacimos en los años 40, 50 y 60  pasando muchas penalidades,  los que nos sentimos enormemente orgullosos de pertenecer a ella. Ha sido un honor poder luchar y trabajar para hacer una España; más justa más plural y más libre. Pero ahora os toca a las nuevas generaciones; continuar luchando por lo ya conseguido; o perderlo todo.