Opinión

¿Dónde está Osasuna?

Ayer nueva derrota rodilla en un partido insulso de los navarros.

Este Osasuna hace tiempo que dejó de ser reconocible. Es más, posiblemente haya ido perdiendo su identidad desde aquel ascenso hace año y medio en Girona y donde parecieron sentarse las bases de lo que era y debía ser Osasuna. Año y medio después nada queda de aquel discurso.

El equipo no transmite y vaga por los campos de fútbol sin ideas, sin saber a qué jugar y lo que es más peligroso, la gente ha dejado siquiera de enfadarse porque este equipo ha traído la más absoluta indiferencia, lo peor que puede pasar.

Por un lado tenemos a una dirección que improvisa y va a volantazos. sin un rumbo fijo y que se mueve por impulsos. La treintena de fichajes, los 6 entrenadores, los diferentes responsables del fútbol base de Osasuna son un ejemplo de ello. ¿Qué fue de Tajonar 2017? ¿Cuánto ha pasado ya que se dijo que teníamos patrocinador para la camiseta? ¿Cuánto ha pasado desde que se dijo que tendríamos compra de entradas online? ¿Cuántas y cuántas buenas intenciones se escribieron durante las elecciones y que no se han plasmado en la realidad? Y así podría llenar un folio entero de preguntas sin responder.

Por otro lado tenemos lo deportivo. Una plantilla de grandes jugadores, la mejor plantilla de 2º División se aventuraron a decir allá por agosto donde el ascenso era lo más lógico para este equipo. Se empezó con dudas: empates contra Sevilla Atlético y Huesca y derrota contra la recién ascendida Cultural Leonesa. Entonces se pidió paciencia y esta afición está llena de paciencia, no nos ha quedado más remedio con el historial de este club. La primera crisis se solventó ganando 0-3 al Rayo, a otro de los aspirantes al ascenso. Marcador engañoso, porque no fue hasta el final y a la contra cuando los rojillos golearon a los madrileños, pero victoria y a casa. A esta victoria le siguieron otros 10 partidos sin perder y donde todo el mundo estaba ilusionado, incluso Osasuna llegó a presidir la clasificación de Segunda División. Bueno, todo el mundo no, algunos criticábamos el ninguneo que se le estaba haciendo a los jugadores de casa como Kike Barja, Miguel Díaz, Flaños, David García, Buñuel... la falta de identidad del equipo y que no se jugaba a nada. Únicamente contra el Sporting de Gijón y contra el Zaragoza, que curiosamente ese partido se empató, fueron los dos partidos en los que el equipo hizo disfrutar con su juego y su ímpetu. El resto de partidos era un equipo solvente, sabía lo que tenía que hacer y con 20 minutos buenos les servían para ir sacando puntos. Es cierto que no terminaban de ganar y arrasar como se esperaba, pero no perdían y eso parecía suficiente para este Osasuna.

Tras aquello, las dudas volvieron a El Sadar y en el último mes se han acentuado más si cabe. El Osasuna vaga por el campo sin saber qué hacer con el balón. Parece mentira que llevemos más de media temporada y todavía no sepamos a qué jugamos. Para más inri, Diego Martínez no cambia y sigue tropezando partido tras partido en la misma alineación, en el mismo sistema, en los mismos errores, sin plan b, sin reaccionar, desbordado.

Resulta sangrante el caso de Unai García, posiblemente el central que mejor  lo ha hecho en lo que llevamos de temporada y que ni aún así ha servido para que en los últimos partidos partiera de titular. Por algo Osasuna se gastó (ahora sí) innecesariamente 1,5 kilos en un central que llevaba una temporada en 2º. Sangrante era ver cómo Kike Barja seguía aniquilando el techo del Promesas y no tenía ni una sola oportunidad en el primer equipo, donde ahora es de los jugadores más destacados. Sangrante es ver cómo la defensa de 4 funcionaba y la de 5 no, y seguimos con los 5 atrás. Sangrante es ver cómo la mitad de jugadores que hace 2 temporadas nos ascendieron, ahora no tienen ni una oportunidad en este equipo que naufraga hacia tierras de nadie. Llamativo ha sido en estos últimos encuentros ver cómo Unai salía en el 80 y pico de delantero; ver que no ganábamos el partido y dejar los cambios únicamente en 2, sin agotar el tercero. Todo esto son muestras de una plantilla descompensada, en la que hay que rezar para que Torró no se lesioné y un entrenador que no está a la altura de Osasuna. Diego no sabe lo que es Osasuna y eso se plasma en el campo. Desde Javi Gracia no veía a un equipo que transmitiera tan poco y que sus jugadores no llegaran a la afición.

Aquí nos gusta el carácter, los "huevos", la rasmia y que nuestros jugadores sangren en el campo. Por eso Lillo ha caído tan bien pese a que su llegada fue la más criticada (era el fichaje número 11 y cerraba las puertas a Buñuel) y en cambio jugadores como Mateo (no ha aguantado ni una temporada), Coris o ahora Borja Lasso, a los que se les presupone mucha calidad pero poco han demostrado, estén desquiciando a la hinchada rojilla. 

En noviembre veíamos que si Osasuna no ascendía sería una temporada totalmente perdida para el club. Apostaron todo por los resultados, por encima de su cantera, por encima de los fichajes caros y si no se cumple la única apuesta que hicieron será un rotundo fracaso. No creo que se deba echar ahora a Diego porque al final serviría solamente para poner un parche y desviar la responsabilidades de los verdaderos culpables: Braulio, Canal y la directiva, que son quienes han apostado por este modelo de club. Pero que llegue junio y se haga una limpieza completa. Desde el principio no me creí a este entrenador que se defendía de las críticas con discursos grandilocuentes en vez de dar un golpe sobre la mesa y mucho menos con lo que ha demostrado en el campo, donde todos le han cogido la medida a este inofensivo Osasuna. Que llegue junio y se empiece un proyecto ilusionante y a medio y largo plazo con las bases de lo que ha sido Osasuna durante su historia. 

Cada día Osasuna se aleja más del ascenso, sobre todo a nivel de sensaciones, pero para mí ese no es el mayor problema, para mí el mayor problema es que Osasuna ha dejado de ser Osasuna y que la ola de "osasunismo" que se creó en Sabadell ahora está en decadencia. Lo peor que le puede pasar a un club como este.