Estaba en Salamanca, no tenía internet en casa y, aprovechando que la facultad la tenía a escasos 5 minutos de casa, llevaba mi chatarra de portátil a la biblioteca para seguir las actualizaciones de Diario de Navarra sobre el rescate de un montañero navarro que estaba en un monte de estos de más de 8.000 metros.
Nunca había oído hablar de Iñaki Ochoa de Olza, ni mucho menos del Annapurna, pero durante esos días esos dos nombres estuvieron presentes en mi día a día. Un navarro, joven, en lo alto de una montaña del Himalaya, luchaba por sobrevivir mientras 14 locos hacían lo imposible por conseguir sacarlo con vida de una montaña maldita.
Horia estaba con Iñaki, cuidándolo y cuando llegó llegó hasta ellos Ueli Steck fue toda una gran alegría, y eso que todavía no sabía de la grandeza del suizo, quien desgraciadamente murió hace un par de años. Pese a lo grave de la situación, parecía que por fin las buenas noticias llegaban después de diferentes reveses que estaba teniendo el utópico rescate con problemas para subir para el helicóptero debido al mal tiempo, el paso de las horas sin buenas noticias y que Iñaki necesitaba sí o sí medicinas.
Y cuando por fin parecía que se abría una remota posibilidad entre el mar de dificultades, llegó la fatídica noticia: Iñaki ha muerto. Tuve que enterarme a través del teletexto y fue duro, fue muy duro. El resto de fin de semana me ausenté de Salamanca para volar hasta los cielos de Asia, allá donde Iñaki horas antes había lanzado sus últimas miradas a la tierra que tan feliz le hicieron.
Entonces nació la leyenda de los 14 de Iñaki. Primero gracias al libro que escribió el periodista Jorge Nagore y que terminé de leer en el aeropuerto de Valladolid tras un viaje a Barcelona. Luego llegó su documental, 'Pura Vida'. Estaba trabajando en la revista Plaza Nueva cuando me enteré a través de los medios locales del proyecto que estaba llevando a cabo ARENA comunicación audiovisual. Meses más tarde estaba solo en un cine de Madrid con la pantalla ya negra y saboreando amargamente el documental que había visto. Y por último pude conocer más de lleno a Iñaki en su libro 'Bajo los cielos de Asia' y su visión sobre la montaña, sobre la vida.
Hoy para el resto de mortales será un día más, un simple 23 de mayo del 2018, pero para quienes tuvimos la suerte de conocer esta historia hoy será un día para ver Pura Vida y recordar y homenajear a un tío grande y que se fue hace ya 10 años.
Iñaki (†), Alexei (†), Ueli (†), Horia, Denis, Don, Sergei, Mihnea, Alex, Simon, Robert, Pemba, Ongchu, Wangchu y Chhiring nunca os olvidaremos.
