Opinión

¿Nuevo Agostazo en Navarra con María Chivite?

Tras el acuerdo provisional alcanzado entre PSN, Nabai e IU y que contaba con la aprobación casi unánime del Comité Regional del PSN (104 votos favorables y uno en contra) y las bendiciones del propio Zapatero, la sociedad navarra se durmió en la creencia de que amanecería con un “Gobierno de Progreso “ que finiquitara el atavismo navarrista de los sucesivos gobiernos de UPN. Sin embargo, tras la llamada urgente de Jaime Ignacio del Burgo al Secretario de Organización del PSOE José Blanco en la que le recordó el acuerdo tácito alcanzado tras el Tejerazo, el PSOE nacional desautorizó dicho Pacto y ordenó a Puras y a los socialistas navarros que se abstuvieran en la votación para permitir que el candidato navarrista de UPN, Miguel Sanz fuera investido Presidente de Navarra, episodio conocido como “mayazo”.

Tras la separación traumática de UPN y el PP en el 2008, los socialistas navarros se vieron convertidos en árbitros de la contienda política tras el acuerdo tácito entre el Presidente navarro Miguel Sanz y el socialista José Blanco en virtud del cual las propuestas políticas de los socialistas navarros eran apoyadas por UPN en un espléndido ejercicio de ventriloquismo escénico a cambio del apoyo sin fisuras del PSN en la aprobación de los Presupuestos anuales de UPN, quedando IU y Nabai como convidados de piedra.
Dicha política de apoyo incondicional a UPN desde los bancos de la oposición le acarreó al PSN la pérdida de jirones de su primitivo ideario socialista pero tras la abdicación de Sanz en el 2009 y la proclamación de Barcina como su sucesora, le condujo finalmente al poder mediante un Gobierno de coalición UPN-PSN. 

Sin embargo,tras la escenificación de la ceremonia del desencuentro UPN-PSN plasmado en el “divorcio político” Barcina-Jiménez, asistimos al finiquito de la doctrina navarrista UPN-PSN que habría convertido a la Comunidad Foral durante una década en un coto privado del establishment navarro (Teoría del quesito de Miguel Sanz), debiendo de nuevo el socialista Jiménez renunciar a plantear la moción de censura contra Barcina por órdenes de Ferraz, episodio conocido como “agostazo”.

¿Nuevo Agostazo en Navarra con María Chivite?

La utopía de María Chivite sería la formación de un gobierno Progresista navarro integrado por miembros de Geroa Bai, Podemos-Ahal Dugu e IU-EB, pero que sólo sería una pieza más del complicado puzzle que representa la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno. Sin embargo, la posible negativa de Pablo Iglesias a facilitar la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno ante la negativa del PSOE a conformar un Gobierno de Coalición con ministros de Unidas Podemos, dejaría abierta la posibilidad de unas nuevas elecciones en el otoño que tendría como efecto colateral la inestabilización de la economía española al subir de forma desbocada la prima de riesgo. 

En consecuencia, descartado un Gobierno de Salvación PSOE-Ciudadanos por la intransigencia y miopía política de Albert Rivera,el establishment estaría presionando vehemente a Pablo Casado para convencerlo de la necesidad imperiosa de una abstención del PP en la sesión de investidura de Pedro Sánchez “en aras del interés general de España”. Dicha abstención contaría con las bendiciones del establishment financiero y posibilitará futuros acuerdos de Estado entre PP y PSOE para escenificar la metamorfosis del Régimen del 78 mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución, siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada cambie”).

Asimismo, el acuerdo PSOE-PP para facilitar la investidura de Pedro Sánchez incluiría la implementación del 155 en Cataluña en el supuesto de Declaración Unilateral de Independencia por el Parlament catalán así como un acuerdo tácito para que el PSN navarro facilite la investidura de Esparza como Presidente de Navarra, decisión que provocará que los votantes socialistas se debatan entre la incertidumbre y la incredulidad al constatar la cruda realidad de la dependencia orgánica y el deber de la obediencia ciega del PSN a los dictados de Ferraz , por lo que tras el mayazo de Puras y el agostazo de Roberto Jiménez podríamos asistir a una escisión en el actual PSN.