Opinión

Cierre y apertura

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No sé cómo, pero ya estamos otra vez liquidando otro año, éste multielectoral, que nos ha tocado en suerte vivir. Vivir, sí, lo que ya supone un más que motivo de celebración, y llegan en breve fechas propicias, así que… pues eso.

Se escapa un año, porque la vida es un incontenible escape, bien a nuestro pesar. No se puede retener el implacable paso del tiempo, así que más valdrá disponerse a convertir cada momento en algo que provoque, cuando menos, una sonrisa más o menos abierta.

Cuando cierra sus puertas el día, se abre la noche. Y es la noche, en su término, la que nos vuelve a regalar, pase lo que pase y pese a quién pese, una nueva mañana. Se cerrará un año y daremos vida a otro nuevo, lleno de esperanza. Año que tendremos que vivir y celebrar.

"Vivir ya supone más de un motivo de celebración... Que los deseos bondadosos hacia los demás se desplieguen y viertan sus efectos a lo largo de todo el año"

Abriremos otro período tras el balance del que se escapa. El agua se va de las manos si ni siquiera se hace mención de beberla. Que se escape poca, lo menos posible. Ya en el suelo, de nada sirve.

Que los deseos bondadosos hacia los otros, sean estos próximos o no, se desplieguen y viertan sus efectos a lo largo del año que viene y de los años que vendrán. Y los otros son todos, sin excepción. Porque todos tienen que vivir, para  poder considerar que la verdad y la felicidad están en el camino, en el trayecto que nos lleva de un lugar a otro, de una vivencia a otra, de un año a punto de ser vivido, a otro por venir y vivir.

¡Los mejores deseos para todo el mundo! ¡Feliz salida y entrada! ¡Feliz cierre y apertura!

Enrique Rodés Martínez

Tudelano observador