Opinión

Cambio de ciclo

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La entrada de este estío sugiere un cambio de ciclo que se manifiesta en dos encrucijadas, a saber: Por un lado, el verano, la fiesta y la vacación más que ganada; por el otro, un nuevo período, una nueva época política necesitada y sedienta de acuerdos y pactos.

Una encrucijada lleva y abre la otra. En efecto, con el calor elegiremos al vendedor de humo que nos parezca más honrado, listo o, al menos, más interesante y útil, prestándole (que no dándole sin más) nuestro voto expresado en una papeleta.

Papeleta que debería ser reversible, para en su envés, marcar ya la decisión sobre unos terceros comicios no deseables. Hay que esperar que no, que a la tercera no va la vencida, aunque con estos comediantes metidos a políticos nunca se sabe (con mucho perdón de los comediantes, pues su vocación sí que es provocar risas).

Se suele decir que los cambios deben ser para bien, a pesar de coincidir con la chicharra de un verano que, según se comenta, será cada vez más elevado en grados. Verano que servirá de escenario para la observación del paso de los acontecimientos.

A la lectura de este escrito modesto y poco pretencioso, los españoles de alma y los de menor convicción, habrán elegido a sus representantes, y habrán elegido bien. En todo caso, corresponderá a los elegidos refrendar a través de sus decisiones ese buen hacer de los paisanos.

La suerte está echada. Como leí en un WhatsApp… “Salgo a la calle con el móvil al 75% de batería: que sea lo que Dios quiera”.

Sea como fuere... ¡Buen Gobierno y felices iestas!

Enrique Rodés Martínez

Tudelano observador