Me piden desde PLAZA NUEVA una colaboración navideña y mi primera reflexión es desde qué punto de vista debo abordarla. ¿Desde el más tradicional haciendo hincapié en su origen religioso, desde la vertiente lúdica y de descanso, tan necesaria después de un trimestre de duro trabajo o desde el punto de vista solidario, imprescindible si queremos construir una sociedad más justa?
Sea cual sea nuestra manera de vivir la Navidad, todos estamos conectados por un hilo invisible a los recuerdos de nuestra infancia, a los olores de los fogones, a las luces brillantes en las calles o a aquellas tiendas que al llegar diciembre nos hacían pegar nuestros rostros infantiles llenos de ilusión en sus escaparates adornados para la ocasión.
En esa ceremonia anual de reencuentro cumple un papel fundamental el “comercio justo”, una forma solidaria de comercio, que repercute positivamente en aquellos rincones necesitados de ayuda. Y cómo no, nuestro comercio local, el pequeño, el de siempre, el de quienes saben qué necesitamos porque conocen a nuestras familias. Sus sonrisas cómplices y sus consejos sabios nos ayudan a ejercer un consumo más equilibrado, en estas fechas en las que nos reunimos en torno a grandes mesas y en las que nos obsequiamos con regalos.
Si apostamos por no perder las tradiciones… apostemos también por ellos, por quienes siempre han estado ahí. Por quienes seguirán estando ahí.
Felices fiestas para todos y todas.
