Opinión

El Ideal, 10 años

“Y cómo pasa el tiempo, que de pronto, son años…”, decía Silvio Rodríguez en una de sus canciones. Y es cierto, en un abrir y cerrar de ojos han pasado diez años del cierre de la revista fustiñanera ‘El Ideal’. Como decía entonces, lo vi nacer, desarrollarse y morir. En 1995, yendo todavía a la escuela nos ofrecieron a la chavalería repartirlo el primer sábado de cada mes por las casas y doce años después, tras tres años de colaborador, escribiría, junto al resto de colaboradores y miembros del equipo de redacción las últimas líneas. No recuerdo qué día salió el número final, pero sí que fue por ahora, un mes de abril de 2007.

La historia del medio fue controvertida. Y ahora toca hablar en cierta medida sobre el vacío informativo que ha quedado tras su desaparición. Como ya se sabe, donde UPN gobierna se estila la frase de “cuanto menos se hable… ¡mejor!”. Informar o generar debate a sabiendas de que un sector prefiere que sólo se oiga su verdad, no es fácil. De poco servía que algunos de ellos, en petit comité alabaran la labor del medio. Si a ello acompañas con que Fustiñana cuenta, desde nada más y nada menos 1992, con un mismo alcalde que gobierna con un estilo férreo y de escaso label democrático, el hecho se torna en una auténtica aventura.

‘El Ideal’, rotativo independiente, era denominada como  “la revista de los socialistas” aunque muchos de los que formábamos parte de ella no éramos ni afiliados ni simpatizantes del PSOE (al principio hubo también gente afín a UPN). Pero a alguno habría que cargarle el muerto… ¿Se imagina alguien a quién se lo encasquetarían en estos momentos? Morado y en botella. Que los plenos fueran publicados, no gustaba mucho a quienes gobiernan, porque en la mayoría de los casos no quedaban en buen lugar. Y ya no te digo nada generar un estado de debate y opinión que se saliera de la “línea oficial”. Que la propia UPN desde su posición instara a no participar en él y ni siquiera a leerlo, hizo que, en cierta medida, ‘El Ideal’ ejerciera en ocasiones de contrapoder. Eso sí, todo el mundo sabía lo que en él se escribía, incluida la misma UPN.

En estos momentos, el vacío informativo en Fustiñana es patente. Nada que decir sobre ‘Radio Peña’, una radio que se puso en manos de la parroquia y de la cual, ya nada hemos sabido. Y por otro lado, las emisiones de TV Fusti y las de TeleRibera, repletas de vídeos de entretenimiento, fiestas, eventos, (aunque no todos, ni una sola mención a la visita de Olentzero, por ejemplo), misas, procesiones, etc., donde la actualidad brilla por su ausencia, al igual que el debate y la opinión y no se emiten los plenos (salvo el de constitución del nuevo ayuntamiento) por más que se pida. No juzgo la labor de quienes realizan el trabajo; porque una cosa es el trabajo que conlleva preparar las emisiones y montar la programación y otra, la gestión. Es decir, quién decide qué se emite y qué no, dónde se pega el corte, qué es lo que se enfatiza y qué se pasa de puntillas, los porqués de todo esto y en base a qué premisas… Porque no querría tener que hacer mía una frase, adecuándola al momento como, “no era cierto todo lo que se decía sobre ‘El Ideal’ pero por desgracia sí es cierto lo que muchos piensan sobre la televisión local”. Insisto, no quisiera tener que poner en práctica esta frase.

Con ‘El Ideal’ hay que hacer un justo ejercicio de memoria y poner de manifiesto las cosas buenas que nos trajo, a nivel informativo, a veces de denuncia, de contraste de ideas y de garante de la pluralidad entre otras. Marcó una época que ya pasó y resucitarlo sería continuar un camino con una mochila bastante cargada. Fraguar algo nuevo sería interesante, manteniendo su esencia inicial de rotativo independiente, del pueblo y para el pueblo. La solución a esta cuestión, podría estar en el origen de aquello.

Pero bueno, soñar está bien, no creo que nadie se moje para llevar a cabo tan compleja empresa. Máxime a sabiendas de que, como todas las cosas en Fustiñana, si UPN no las controla, no duran mucho, o lo hacen de forma precaria. Por eso estas líneas no van en tanto en cuanto en el sentido de animar a que se ponga en marcha un rotativo local, sino más bien, a denunciar, como decía, el vacío informativo que padecemos y a poner de relieve el necesario papel de un medio local e independiente hecho por y para sus habitantes.

Carlos Guillén Sola

Ex colaborador de El Ideal