Opinión

Tomar por idiota a la ciudadanía de la Ribera

En la fiesta de la demagogia siempre quedará el debate que tuvimos en el Congreso el pasado martes 25 de septiembre a raíz de una moción de UPN, consecuencia de una interpelación urgente anterior, que pretendía la ejecución del Presupuesto que pactó con el, afortunadamente, extinto Gobierno del PP. 

En dicha moción, entre cuestiones que no venían al caso, como que se pidiera una votación en el Congreso para blindar el estatus jurídico de Navarra que le guste a UPN, se volvía a reclamar la gratuidad de la AP15. En la interpelación precedente, el Sr. Alli se extendió en argumentos victimistas a favor de la Ribera de Navarra, presuntamente discriminada por prejuicios ideológicos del Gobierno del Cambio y cuyos habitantes tienen que pagar nueve euros cada vez que tienen que ir al Hospital de Navarra, situado en Pamplona, porque están enfermos. 

Algunos datos son necesarios para comprender el debate sobre la AP 15. El debate sobre su gratuidad ha sido recurrente desde el año 1997. El proyecto data del año 1973. La empresa concesionaria tuvo que ser rescatada con dinero público. El presidente de su Consejo de Administración era el Sr. Aizpún y Jesús Aizpún es uno de los fundadores de UPN, como es conocido. 

El resultado fue que la concesión acabara siendo publica, al cincuenta por ciento entre Navarra (AUDENASA) y el Estado y fue nombrado presidente de AUDENASA Jesús Aizpún. En el año 1997, el Sr. Palacios, consejero entonces de Transporte en el primer Gobierno de Miguel Sanz, negoció a espaldas del Parlamento con AUDENASA ampliar la concesión de la autopista a cambio de rebajar los peajes un quince por ciento. En la comparecencia posterior, la negociación fue ampliamente criticada por la oposición. 

A partir de ese momento,  tanto Nafarroa Bai como el Partido Socialista, sobre todo este último, hicieron bandera de la gratuidad de la AP15. El debate originó una ponencia parlamentaria y generó un informe en el año 2000 por parte de la Cámara de Comptos que calculaba la posibilidad de un rescate con un montante muy difícil de asumir por la Hacienda Foral en la parte que ostentaba el Estado y no obstante remitía esa posibilidad a una negociación entre el Gobierno de Navarra y el Estado. 

Desde septiembre de 2000 a febrero de 2004, el presidente de la sociedad pública Autopistas de Navarra, S.A. (AUDENASA) fue Javier Caballero, destacado dirigente de UPN, que llegó a ser consejero de Justicia e Interior en el Gabinete de Miguel Sanz. Esa negociación nunca se produjo. 

Al contrario, en el año 2003, el Gobierno de Aznar, en su devastadora lógica privatizadora, que tantos rescates de autopistas inútiles han provocado después y que han salido del bolsillo del querido lector o lectora, vendió la parte del Estado, junto con otras autopistas rentables (UPN, recordemos, ya se había encargado de eso aumentando la concesión), a Sacyr-Vallehermoso que adquirió por tanto el 50% de la AP15 para satisfacción de sus accionistas y propietarios. 

Se cerraba así el ciclo de la lógica liberal conservadora. Rescatemos los desastres con dinero público. Utilicemos después la ley y el poder político para rentabilizar el hecho cambiando las condiciones de explotación y privaticemos después los beneficios del invento. 

Durante todos los debates habidos y por haber, que fueron muchos y abundantes en el Parlamento de Navarra, el Sr. García Adanero, en aquel momento portavoz de UPN y en consecuencia castigo y azote de la oposición, esgrimía que era muy costoso para las arcas navarras rescatar la parte del Estado, que desde luego no era ninguna prioridad y que la oposición hacía demagogia, por lo que era UPN el partido más votado en el corredor de la AP15 y que, vaticinaba, con la actitud de la oposición política, lo seguiría siendo. 

Prescindiendo de que llamar oposición política al PSN era una auténtica hipérbole, dado que en realidad este asunto era un desacuerdo pactado con los regionalistas, a los que este partido sostenía sistemáticamente, y de que tampoco los socialistas hicieron realmente nada más que suscitar el debate y mirar para otro lado en un asunto en el que sabían qu no tenían sus prioridades de negociación presupuestaria.

La posición de UPN suscitaba una incómoda pregunta para todo el mundo: ¿De dónde sacamos el dinero? Como hemos visto, este partido, hermanado y confundido con el PP en la época y de la mano como siempre en la práctica política estatal ya se había encargado de que fuera imposible hacerlo. 

Cuando Miguel Sanz se retira de la política, el lector con memoria ya sabe hacia dónde giró la puerta… efectivamente, en el año 2011, el ya expresidente acaba presidiendo AUDENASA. ¿Cuándo se vuelve a acordar UPN de este tema? ¿Cuándo se vuelve prioritario para el regionalismo? Pues en el año 2015, una vez perdido el poder en Navarra, cuando el actual parlamentario y exalcalde de Tudela, Sr Casado, realiza una iniciativa parlamentaria en la que inquiere al Gobierno si va a apostar por la gratuidad de la AP15 o va a poner peajes en las autovías. 

Dejo al lector o lectora juzgar esta actuación. Estos son los antecedentes sobre los que UPN y PP pactan en los vigentes presupuestos una gratuidad temporal de los peajes, un parche en definitiva que no soluciona ni matiza su actuación durante los últimos 20 años en la materia. 

Un parche que también paga la ciudadanía navarra a partir de la aportación del Convenio a las arcas del Estado. Que las infraestructuras no son gratis, no nos las hacen ni nos las regalan. Y una última cuestión para acabar. Adivinen qué partido recortó el transporte sanitario urgente en el año 2012 para la Ribera de Navarra. En definitiva, sólo hay una cosa peor que discriminar a la ciudadanía de la Ribera de Navarra. Tomarla por idiota.