Llega el verano y con él las fiestas de la mayoría de nuestros pueblos. Son momentos de alegría, jolgorio, de encuentro y disfrute. Comidas, cenas, almuerzos con la familia, los amigos que llenan de vitalidad hasta el último rincón de nuestra hermosa tierra.
En estas fechas, Navarra, desborda alegría y vida desde los más pequeños y pequeñas de la casa, hasta los y las más mayores. Fechas en la que sale a relucir lo más bonito de toda las personas, la fraternidad que une a un pueblo, y la vitalidad de sus fiestas.
Pero, y si resulta que durante la noche de fiesta, o por el día, encuentras un rollete o ves alguien que te gusta o decides entrarle a una persona, tienes que tener muy en cuenta que el No siempre es No. Que la fiesta y el alcohol no te nuble la visión. Cada persona decide hasta qué punto quiere llegar, y nunca debemos presionar para forzarle a hacer más de lo que quiere.
Este es el consejo de uno más, de una persona más que, como todos, disfruta de las fiestas de su pueblo y de otros pueblos. De una persona más que le gusta estirar las horas de la noche festiva para que nunca termine, pero, ante todo, de una persona que respeta la libertad de cada persona y la elección que toma en cada momento.
Así que recuerda: disfruta, vive, celebra, ríe, canta, baila, salta… ¡haz lo que quieras! Pero siempre, siempre, siempre, respeta que No es No y nunca es Quizás.
