Opinión

El reto de la izquierda de Fustiñana

Lo que nos parece imposible en Fustiñana, en ocasiones y con toda la naturalidad, se materializa. Sólo hay que mirar los últimos años, en el terreno social y cultural todo lo que se ha avanzado, todo lo que no había o creíamos perdido y sin embargo, ahí está con su dosis de trabajo y esfuerzo. También en lo político nadie creía que un grupo de gente de izquierdas pudiera presentarse a unas elecciones y ahí estamos desde 2015. Y cómo no, creímos imposible que UPN pudiera perder la mayoría absoluta, y aunque numéricamente la mantienen, porcentualmente han pasado de sobrepasar el 58% del voto a quedarse en un 48% del voto válido emitido, siendo en estos momentos más los que desaprobamos su gestión, que quienes la avalan.

Como promotor y candidato que fui de la Agrupación Fustiñana de Izquierdas, no puedo en estos momentos más que reflexionar sobre el camino que hemos recorrido y la experiencia en el consistorio a lo largo de esta legislatura que empieza a finalizar. Sinceramente, y es una opinión personal, la candidatura a la que pertenezco creo que no ha colmado las expectativas de la gente que nos recibió expectante, puesto que la gente nos votó para pelear por un proyecto, llevar la iniciativa y atrevernos a denunciar aquello que no es justo o se está haciendo mal.

Es necesario algo más que buena voluntad. Hace falta dotarse de un proyecto, creíble y realizable, puesto que sería un error ofrecer aquello que no puedes llevar a cabo, como igualmente pienso que es un error no mostrar u ofrecer una alternativa. También apostar fuerte y llevar la iniciativa sin ningún temor ni complejo. Anticiparse a los hechos, para no acabar siendo rebasados por ellos. Como más que necesario, es vital que nuestra voz, nuestras ideas y posicionamientos se oigan, no sólo en el salón de plenos, sino también fuera, llegando a la gente y creando debate. 

Aunque no todo ha sido tan negativo; hemos sido capaces de rebatir con buenas argumentaciones las mociones que venían tanto de PSN como (y esto sí que es novedad), por primera vez, de UPN. Hemos denunciado lo injusto de la celebración de plenos cada tres meses (y porque la ley obliga) en un pueblo de unos 2500 habitantes, pedir que dichos plenos sean televisados en la tv local, censurar la presencia todavía de simbología franquista y el escaso interés de UPN de retirarla de nuestras calles, la necesidad de crear OPEs, donde se ofrecen plazas “a subasta” por una cantidad de dinero y pujando a la baja, defendiendo los servicios públicos de calidad, los terrenos comunales y su buena gestión, entre otras cosas más.

Llegados a este punto, opino que es necesario ampliar el espacio de la izquierda transformadora en Fustiñana y empezar a trabajar en un proyecto para nuestra localidad que gire en torno a tres ejes; en clave democrática y plural, en clave de progreso y en clave de defensa del interés público y general. Por supuesto, con capacidad de llegar a acuerdos transversales. Una agrupación como AFI no puede cambiar por sí sola este Ayuntamiento (no es nuestra intención), pero somos claves. 

Y para finalizar, a toda nuestra vecindad tenemos que ofrecerles ilusión y esperanza. Con la nostalgia y con las recetas del pasado, no podemos construir futuro ni afrontar los retos de un nuevo tiempo y de una sociedad, que aunque algunos no sean capaces de percibirlo, cambia. Quizás no todo lo que quisiéramos ni al ritmo que quisiéramos, pero no vivimos en una sociedad estática, tampoco en Fustiñana. Ése es pues, el reto que tenemos por delante.