Poco a poco, nuestros pueblos parecen estar sumidos en un letargo cada vez más silencioso. La realidad es que, poco a poco, el comercio se escapa a los polígonos de la periferia y, salvo la hostelería, las tiendas y establecimientos del día a día se van deshumanizando por completo.
Europa ya lleva años superando esta tendencia mercantilista, volviendo a los cascos urbanos y amando los cascos antiguos, pero aquí aún estamos sumidos en la ‘moda’ de las compras online y los locales de las grandes marcas internacionales, dejando de lado al profesional propio y cercano... Esta tendencia, sin duda, habrá de cambiar si no queremos calles vacías y muertas de viandantes.