Opinión

Un final perfecto

El miércoles día 13 de diciembre un grupo de personas hemos terminado un curso sobre Historia y Evolución del Leguaje Musical Tonal. El profesor que ha impartido estas clases es Mariano Jiménez Serrano.

El no necesita presentación para un grupo importante de Tudelanos, pero seguramente hay otras muchas personas que no han tenido el placer de conocerle en su faceta de músico y profesor. Yo era una de ellas.

No pretendo mediante estas líneas describir sus cualidades que son muchas y de enorme valor profesional. Sólo quiero hacer una breve semblanza de lo bien que me lo he pasado en estas 24 horas de curso escuchando a Mariano en sus clases magistrales.

Es verdad que he acudido a estas clases sin la presión de tener que revalidar ningún conocimiento, pero no por ello he dejado de comenzar a entender y disfrutar un poco mas de la música clásica. Y todo por la forma en que me ha llevado de la mano metafóricamente hablando, el maestro en este curso.

Entender algo más de lo que un programa de concierto nos informa, que las sinfonías en Re Menor es de tono mas lento, con tinte otoñal y que un Re Mayor es más rápido y alegre, me predispone a conocer de antemano lo que voy a escuchar. Hasta ahora confieso que lo desconocía por completo. 

Lo mismo me ocurría antes de saber por qué no se aplaude entre movimientos (en mas de una ocasión me ha pillado con ganas de manifestar mi euforia con un sonoro aplauso). Ahora se que los movimientos de un concierto van unidos y hay que esperar hasta el final de dichos movimientos para derrochar o no, esa euforia contenida.  

Las observaciones que nos ha apuntado, mirad esto, leed aquello, hacen que he dado un pequeño paso en la comprensión de la música. Sus clases han estado salpicadas de guiños constantes de buen gusto por las cosas que rodean a la música clásica de un periodo que va desde 1600 a 1900.

Qué decir de lo que nos ha enseñado respecto a personajes especiales en el mundo de la música tanto instrumental como de canto. Nunca hubiera descubierto sin sus clases a la pianista Marta Argelich, Maurice Duruflé compositor, Vladimir Horovicz virtuoso del piano y a su mujer Wanda Toscanini para no olvidar, y a Philippe Jarousky un jovencísimo contratenor al que por suerte pude escuchar en directo.

Para terminar con esta suerte de descubrimiento, no quiero dejar pasar la ocasión de manifestar la gran suerte que tenemos los que disfrutamos en el Gaztambide de sus clases magistrales, previas a los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Navarra.

Un final perfecto para éste final de año que espero continúe.

Tudela afortunadamente para todas las personas que vivimos aquí, tiene un potencial de artistas importantísimo en muchas disciplinas. Música, pintura, escultura, cerámica, cine, ….

Por ello me gustaría de nuevo reivindicar que la CULTURA ES ALGO ESTRATEGICO para una sociedad mas libre y humana.

LA CULTURA DEBE SER CONSIDERADA COMO EL CUARTO PILAR DE LA SOSTENIBILIDAD.