Opinión

Nuestras fiestas, las de siempre

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La fiestas, como todo en la vida, evolucionan con el tiempo, pero no serían nada sin la consistencia y el armazón que les da la historia vivida y la tradición. Al menos uno llega a esa conclusión cuando lee “Evocaciones Tudelanas”, de José Javier Calvo Huarte, obra en la que rememora sus años de infancia y juventud rescatando del recuerdo momentos, costumbres y anécdotas, como las referidas a las Fiestas de Santa Ana.  Entre éstas, una que nos sonará muy familiar: “Como paso previo al inicio de las Fiestas figuraba la comprobación de que el pantalón y la camisa blanca del uniforme de navarrico empleados el año anterior no se nos había quedado pequeños. Había que plancharlos debidamente junto con la faja roja”.

Curioso es el origen del inicio de las fiestas como las conocemos hoy, con el cohete anunciador o chupinazo. Nos cuenta que un concejal, “empujado por el ambiente prefestivo que se palpaba en el ambiente, lanzó a título particular ese cohete especial iniciático, y fue tal su aceptación ciudadana que se incorporó al programa oficial de 1955”. Otros momentos festivos que recuerda son la salida de las charangas, con los clásicos que todavía resuenan  como la “Mari Carmen” o “Qué chispa llevas Calatayud”; La Dorotea, que se remonta a principios del siglo XX y que comenzó como “un cántico festivo propio de los solteros que no querían casarse”;  la procesión de Santa Ana, tan emotiva para los tudelanos; la participación de las peñas en diferentes actos; o la revoltosa, una melodía creada en 1941, y que sirvió para que “de manera espontánea, unos jóvenes empezaran a girar alrededor del quiosco al compás de esa música, y ese proceder se hizo costumbre y contagió a otros jóvenes –y no tan jóvenes-, llegando a enraizarse en el espíritu de todos los tudelanos”.

Lo que tampoco se ha perdido de ese espíritu es la buena convivencia. Ayer, como hoy, las fiestas son días señalados para poner la mirada en aquello que nos une, para sumar, para aparcar las diferencias y enorgullecernos de lo que somos.

¡Felices fiestas!

Alberto Catalán

Presidente del Parlamento