¿Qué hay que saber antes de comprar un piso?

Comprar una casa o piso propio es el sueño de la mayoría de los activos laboralmente y de aquellos que sueñan para su futuro un lugar estable sobre el cual sentar sus bases. La oferta de pisos en venta en España  es amplia, aunque dependiendo de la ciudad es más o menos costosa, pero lo cierto es que las estadísticas demuestran que España que casi el 80 % de los españoles tiene casa propia y con la recuperación de la economía, vuelve la confianza en las hipotecas para aquellos que busquen invertir su dinero en una vivienda.

Pero comprar un piso va mas allá de encontrar aquel que te gusta y que está dentro de tu presupuesto. Al tratarse de una compra tan trascendental, es importante que tomes algunas consideraciones en cuenta antes de decir que sí y firmar los papeles. Lo más recomendable es que cuentes con la asesoría de un abogado que te guíe durante todo el proceso, sobre todo en la elaboración y firma de acuerdos que de no ser revisados de manera minuciosa, pueden llegar a perjudicarte. Por ejemplo, es necesario comprobar que la vivienda está libre de deudas con el banco, si pesan en ella alguna hipoteca o embargo o si los estatutos de la comunidad de propietarios la limitan de alguna manera.

Asimismo hay que verificar que todos los gastos estén pagos, que los gastos estén al día y que el propietario no tenga ninguna deuda con la comunidad, pues en muchos casos es la misma ley la que obliga al propietario a pagar. 

Contratos, precios y formas de pago

Una vez hayamos revisado el estado financiero de la propiedad, lo mejor para evitar malos entendidos es dejar claro el precio final y la forma de pago. Es muy común durante una transacción de este tamaño que se pida una parte del pago como prueba de que la venta se hará efectiva (común comente conocida como ‘arra’) y que vincula al vendedor y al comprador. Su función es evitar la perdida del tiempo en una compra-venta fallida por el arrepentimiento de alguna de las partes y la compensación económica a la parte afectada. Así, en caso de que el comprador se arrepienta, pierde la cantidad de dinero que deposito como arra y si es el vendedor el que se echa para atrás, deberá pagar el doble de la cantidad depositada.

En cuanto a las escrituras, debes saber que no es necesario hacerlas públicas a menos que tu forma de pago sea mediante un crédito hipotecario. Sin embargo, la mayoría de compradores prefiere acudir a un notario para contar un respaldo jurídico a la hora de tener que ejecutarlo. ¿Cuáles son las ventajas de esto? Que al hacerlo, queda la declaración frente al notario de la intención de ambas partes de llevar a cabo la compraventa de la vivienda, de manera que ninguna de ellas pueda retractarse sin perder dinero.

Al firmar una escritura pública, el notario confirma las cargas de la vivienda (deudas, hipotecas, embargos), notifica las obligaciones legales a cada una de las partes, deja por sentado el reparto de los gastos por ambas partes y confirma el pago de otros gastos como las cuotas de comunidad o el impuesto sobre bienes e inmuebles.

Luego de haber firmado las escrituras, el siguiente paso a seguir es pagar los impuestos correspondientes y realizar la inscripción en el Registro de la Propiedad. Esto puedes hacerlo por tu lado o contar con el apoyo del notario para que lleve a cabo el envío de una copia autorizada de la escritura de tu casa para su posterior inscripción. Por último, tienes que poner los suministros (agua, gas, electricidad, internet) a tu nombre.

Aunque puede parecer un poco engorroso, seguir estos pasos con la asesoría adecuada te ahorrará problemas en el futuro, tanto con el antiguo propietario como con el tema de impuestos de vivienda. Después de todo, comprar un piso conlleva ciertas responsabilidades que no se pueden pasar por alto pues el único afectado al hacerlo serás tú.