Este sábado quedará en los anales de la historia cultural del pueblo ribero de Cabanillas y en la memoria de todos los que acudimos a tan magnífica actuación del Orfeón Donostiarra en la Casa Cultura de Cabanillas.
A manos de su director, el simpático artista alfarero Sainz Alfaro, modela la música de la partitura con sus manos para expandirla entre los componentes del orfeón elevándola hasta el cielo con sus voces, y cuan lluvia de estrellas penetren en nuestros sentidos.
Más de ochenta voces sonando como una, afinadas delicadamente. Pianos y silencios que deleitan el alma. Agudos sin estridencias emocionan el corazón. Todo empastado como una maravillosa vasija dispuesta a alojar todos los colores de las más bellas melodías.
Interpretaron 18 canciones y todos nos quedamos con la sensación de que habían sido muy pocas. Una selección de obras en las que se nota la profesionalidad de quien las eligió. Digno de destacar el pianista: Pedro José Rodríguez, gran interpretación. Aunque en mi modesta opinión, en alguna canción se habría agradecido escuchar las voces a “capela”. Las jóvenes solistas Julia y Juncal, estuvieron magnificas, la canción: Aurtxo Seaskan (Neska polita) hizo derramar algunas lagrimas entre los asistentes.
Enhorabuena a Cabanillas y a su Ayuntamiento por tan meritorio logró al conseguir que un orfeón de la máxima categoría mundial, lo pudiéramos disfrutar muchos riberos. Siempre he envidiado a Cabanillas porque a nivel festivo y cultural, es un ejemplo a seguir por la participación y colaboración de todos sus vecinos en cualquier evento. Así se pueden conseguir un sin número cosas en la comunidad, por ejemploser y hacer felices a los demás.
