Opinión

Navarra Suma acaba sumando... y en Tudela más si cabe

La candidatura encabezada por Alejandro Toquero ha acabado consiguiendo la mayoría absoluta que le otorgaría la alcaldía de Tudela tras lograr 11 concejales, frente a los 6 que obtuvo en 2015. Eneko Larrarte dejaría así la alcaldía pese a haber obtenido un concejal más para la opción de Izquierda Ezkerra, mientras que el PSN habría mantenido su representación en el consistorio. 

¿La explicación? Fundamentalmente debido al sistema electoral D’Hont, el cual ha beneficiado en el reparto de concejales al partido más votado (UPN), amplificando por lo tanto notablemente los votos recibidos por otros partidos como Ciudadanos (en los anteriores comicios todavía sin candidatura) y PP (que obtuvo 2 concejales). Es decir, efectivamente la unión hace la fuerza. Así las cosas, Navarra Suma ha acaparado más votos incluso que en las generales (en las que obtuvo 7.000 votos) llegando a los 7.765. Lo sabían bien desde Pamplona, y por ello culminaron el cierre de campaña con Esparza en la Plaza Vieja de Tudela. Y si hablamos de unión, hay que hablar la falta de competición a su derecha con Vox Tudela. Este partido, que en las generales obtuvo unos 2.000 votos habría desperdiciado sus votos en una campaña en la que los candidatos y su programa fueron presentados tardíamente y de aquellas maneras.

Por su parte y como antes se ha dicho, el gran susto para la izquierda tudelana ha sido el de la pérdida de la alcaldía de Eneko Larrarte. El edil de Izquierda-Ezkerra consiguió incluso incrementar en un concejal más su candidatura en el consistorio, succionando así parte del voto de izquierdas que nutrió a otras candidaturas durante los comicios “del cambio”. Sin embargo la derrota ha venido acompañada con la desaparición en la institución municipal de su principal aliado: Podemos. El partido habría sufrido de una forma fulminante (de 1.500 votos y 3 concejales ha pasado a no tener representación con 500 votos) el desgaste de la marca del partido, siendo incapaz de revalidar sus apoyos. En esta misma línea el PSN de Ángel Sanz pese a haber cosechado unos 100 votos, ha terminado obteniendo el mismo número de concejales. Todo ello gracias posiblemente a un efecto Sánchez, que no se ha dejado notar especialmente por la tibieza del candidato demostrada durante su campaña.

En cuanto a lo que el sector nacionalista vasco se refiere, la candidatura blanca del independentismo (la CUP) habría quedado fuera de juego tras perder por el camino la mitad de sus apoyos (de 919 a 453). Un tanto de lo mismo habría ocurrido con el partido Uxue Barkos en Tudela, Geroa Bai que habría pasado de 368 a 185. Parece ser que las jóvenes promesas habrían tenido dificultades para ganarse la confianza de sus electores, sobre todo ante la competición de una izquierda institucional que los eclipsaba en experiencia.

En definitiva, el cambio de la izquierda no tuvo su revalidación en votos. Eneko Larrarte no captó apoyos suficientes para mantenerse en la alcaldía, y tanto la izquierda podemita como la nacionalista vasca han sido expulsadas del consistorio. Por el contrario, la derecha navarra unida en un mismo bloque ha conseguido la fuerza suficiente para devolver la ciudad al mismo status quo político previo al 2015. En los próximos 4 años cabrá preguntarse pues, si estamos ante el cierre de ciclo “del cambio”. 

Christian Periquet Gómez
Politólogo