Acostumbramos a vivir en mundos caóticos donde la inmediatez y el estrés de la vida cotidiana suele ser el pan de cada día. El trabajo, el móvil y las redes sociales bombardean constantemente una rutina en la que ya de por sí es frenética. Ante todo este caos siempre se agradecen unas buenas vacaciones... o una simple escapada a lo más profundo de la naturaleza.
Si te apetece desconectar, si te gusta conocer, si quieres hacer un plan diferente con tus amigos, con tu familia, con tu pareja o reencontrarte contigo mismo, el campo y la montaña puede ser tu destino ideal. Un bocadillo y un botellín de agua en la mochila y lo que te cueste el viaje puede ser el único gasto que tengas en un día que siempre recordarás.
Son muchos los que se quedan maravillados con paisajes de ensueño y figuras casi inimaginables, con colores espectaculares. Y es cierto que hay lugares impresionantes fuera de nuestras fronteras, a más de 200, 500 o 1.000 km, pero ¿somos conscientes de las auténticas joyas que tenemos aquí, a dos pasos de nuestras casas?
Bardenas Reales
Son muchos los turistas que se acercan, por ejemplo, a las Bardenas, desierto declarado Reserva de la Biosfera, para quedarse boquiabiertos con las formas producidas en sus suelos arcillosos.
Ha sido escenario de películas, anuncios, videoclips y Castildetierra es el lugar más emblemático. Otros montes de las Bardenas de gran importancia y belleza son Pisquerra, la Raya y el Rayón.
Una forma muy recomendable es visitarlas en bicicleta.
Moncayo
Con la silueta de un monje tumbado, el Moncayo es la montaña más alta del Sistema Ibérico con una altitud de 2.314 metros.
Declarado como área protegida, su hábitat invita al deporte y a la desconexión y goza de unas vistas espectaculares. Cuenta con tres cumbres destacadas: Peña Negra (2.118m), Lobera (2.226m) y Moncayo o San Miguel (2.314m).
Los puntos de partida más utilizados por los montañeros para su ascensión son desde el Santuario Nuestra Señora del Moncayo (1.611m), Beratón (1.395m) o Cueva de Ágreda (1.296m).
Otros destinos
Navarra cuenta con preciosas sierras, como la de Urbasa, Andía o Aralar, que están a unos 70 kilómetros de la Ribera, al norte de Estella. El verde que se respira en el valle del Baztán o los macizos de los Pirineos en el norte de Navarra invitan a disfrutar del senderismo y el montañismo.
Más al sur, las rutas por las orillas de diferentes ríos como el Ebro, el Queiles, o el Linares, que te lleva entre montañas por pueblos deshabitados como Armejún, Villarijo o Ambasaguas; te permiten disfrutar de escenarios acogedores.
Y algo muy importante que no se puede olvidar es que si se va al monte, hay que dejarlo como se lo encontraron, recojan las basuras y cuiden el medio ambiente.
