En la tarde de este miércoles 16 de mayo, estoy teniendo el gusto de asistir, en vivo y en directo, a una de las sesiones del Comité de las Regiones de la Unión Europea, en Bruselas. En estos momentos, están interviniendo los diferentes representantes de todas las comunidades de la Unión, en una sesión plenaria multitudinaria, en la que Europa está hablando y está navegando, con un trabajo serio e implicado, por el bien común continental.
Parece una sencilla obviedad, y la es, pero visto desde aquí, estando entre ellos, se palpa un sentimiento común de cooperación, fundamentado en que todos se quieren entender y ello, humanamente, me emociona y produce satisfacción como ciudadano y como contribuyente. Sencillamente, es algo bueno, léase "Israel - Palestina", a la contra, para entenderlo...
A lo largo de los siglos, el entendimiento en Europa nunca ha sido fácil, y los intereses de unos y otros, además de la política, se impusieron a la razón en forma de guerras fraticidas que ahora ni recordamos, afortunadamente, ni se imaginaría ninguno de nosotros. ¡Si estamos construyendo Europa!
¡Por supuesto! Pero el camino se hace andando... y estos encuentros son la senda sobre la que no hay que mirar atrás, porque si Europa quiere mantenerse viva en el nuevo mundo en que estamos viviendo, no le queda otra alternativa que hacerlo todos juntos, cada país y región, porque de lo contrario Asia, América y África se nos irán comiendo poco a poco, ya que somos una parte muy muy pequeña de la Humanidad, así con mayúsculas. ¡Y ya se acerca a 7.000 millones de habitantes y no llegamos, entre todos nosotros, a 600!
Dicho esto, espero escuchar con ilusión la intervención plenaria de Mikel Irujo, el representante delegado por el Gobierno de Navarra, en este pleno en el que, por cierto, en euskera, participará de esta sesión en la que también acaba de intervenir, por ejemplo, Núñez Feijoó, el presidente de Galicia que, en galego, está resaltando los intereses pesqueros de aquel rincón de las Españas que también está representada en este gran encuentro, por supuesto.
Como digo, ilusionan las contribuciones de todos, porque Europa está esperándonos, no sólo por comunidad en marcha y en constante construcción, sino por mercado ecoómico, cultural y humano por descubrir para esa tierra nuestra que tanto se mira el ombligo y tan poco se preocupa por abrir los ojos y mirar hacia otras partes con curiosidad y legítimo interés.
