Opinión

¡Es Navidad, no sólo es ilusión!

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Se repite el ciclo vital. Llegó el Adviento. Este tiempo de fin de año lleno de figuras alegóricas de la ilusión. Afán permanente de la felicidad que se busca en el solsticio.

Fecha entrañable, la de la Navidad, que cada 25 se rodea de días de ausencia de discordia, hasta ese día 6, de regalos y cierre, en que todo se torna oscuro, ¡llega la cuesta de enero! y con ella, por desgracia, en muchas casas, se va diluyendo la ilusión que traen los personajes y las actitudes de este tiempo.

Navidad debería ser siempre. Es un tópico recodarlo, pero sigue siendo imprescindible. La crédula esperanza infantil debiera embriagar el ambiente, como un perfume, insuflando no sólo esperanza, sino paz. Paz permanente. Paz dudadera. Paz de espíritu y de las otras, todo el tiempo, durante todos los años. Paces con nosotros mismos y con los demás. Esa virtud que, llenando el alma, transformara esta sociedad, este mundo, en un espacio de concorcia, empatía, solidaridad y convivencia. De avance global y de olvido perpetuo de afrentas.

Así, entretanto llega, sólo queda que cada cual encuentre en sus silencios puros su camino, y en el de todos, logremos hallar esa autopista que requiere la Humanidad.