Opinión

El poder de la información

Hoy más que nunca, tenemos a nuestro alcance la posibilidad de acceder y adquirir información de los temas más variados. Estamos en la época del conocimiento. Hasta hace unos años, el único vehículo después de los estudios que cada cual tuviera, eran los libros más o menos especializados, la prensa, algo la televisión, la radio, y poco más. Hoy en día, el acceso a la “red” nos permite conocer, además de los temas de enjundia que nos interesan, otros de lo más variados que pueden atraer puntualmente nuestra atención. El desarrollo de internet es una herramienta de un valor incuestionable.

Pero no es oro todo lo que reluce. En la red hay conocimientos de calidad a los que se puede acceder, pero también muchos que no cumplen ningún rigor. Para publicar algo en la red, que se puede leer desde cualquier lugar del mundo, no se exige un mínimo de calidad en el contenido, ni siquiera veracidad; cuando no, son informaciones sesgadas por intereses. Por todo lo cual, es muy importante elegir las fuentes a las que se acude; que sean de garantía, como son las sociedades científicas, grupos o autores de prestigio o fiables por su trayectoria, etc. El exceso de información puede dar lugar a cierto desconcierto, y exige elegir bien las fuentes. En las redes sociales, hay muchos datos sesgados e interesados, que hay que analizar con independencia, y la mente abierta y crítica. Mucho cuidado con las afirmaciones o noticias en las redes sociales (Facebook, twitter, etc.), muchas de ellas son interesadas y no están contrastadas, y algunas de ellas son claramente falsas.

La televisión es otro poderoso medio. Generalmente los programas sobre temas concretos suelen ser de calidad y fiables, aunque a veces expresan opiniones que hay que tamizar y contrastar. Si son de temas políticos, son sesgados, a veces hasta límites que rayan la inmoralidad, y ponen en entredicho la profesionalidad de los periodistas y reporteros, que están al servicio de las ideologías de las cadenas que les pagan, que a su vez, pueden estar pagadas con favores o dinero por los poderes correspondientes. Nos venden adoctrinamiento bajo el epíteto de información. 

Otro aspecto a analizar son los anuncios que se presentan en televisión y en las emisoras de radio como información sobre diversos productos y temas; objeto frecuente de estos anuncios suele ser la salud. Muchos aportan datos claramente falsos, o que no están contrastados, con el único fin de vender tal o cual producto. Es inmoral, y la comisión que revisa los anuncios, no cumple con su obligación de controlar que lo que trasmiten sea veraz. La finalidad es que el ciudadano compre, pero nos engañan sobre las propiedades del producto en cuestión con una puesta en escena dirigida, no a informarnos verazmente del producto, sino a que lo consumamos. Es otra de tantas corrupciones.

Considero que debemos ser críticos con lo que tratan de vendernos, sean ideas políticas o productos. Internet, las redes sociales, los medios de comunicación, tienen un poder incuestionable, que se pueden utilizar y se utilizan para manejar al ciudadano.