Opinión

Cultura es libertad y progreso

Cultura es muchas cosas. Es el análisis de todo lo que forma parte del ser humano, de su historia, de su creatividad, de su relación con el entorno, de sus comportamientos. También de la ciencia. Pero hoy aquí, me quiero referir a la “cultura con mayúsculas”, a la cultura próxima, a la que está adherida a nuestra piel, a nuestro tuétano, a lo que nos moviliza, a la que nos provoca como ciudadanos, la que nos hace preguntarnos cada día por nuestro papel en los decorados donde nos desenvolvemos.

Cultura no es conocimientos. Es algo mucho más creativo y para cada cual diferente, en lo que podemos coincidir o discrepar.  Es una cadena de razonamientos subjetivos, de los que extraemos conclusiones nuevas de bases a las que habíamos llegado por esfuerzo, reflexión y responsabilidad. Es subjetividad, desde el sentimiento de todo lo que nos envuelve. Es una búsqueda permanente y meditada, honrada intelectualmente, sin intereses espurios.

Cultura pervertida o anticultura, suele ser la oficial, la subvencionada, la interesada en mandar mensajes ya cocinados, la que emana de los voceros que siempre están al lado de los que mandan; la baboseada con los gerifaltes de turno. Con los mismos cómplices, que mutan y se transforman dependiendo de quién manda. Son las más dañinas porque impiden el paso a otras ideas, a otras opiniones más frescas, honradas y divergentes. Porque el progreso nace de divergir con lo establecido, con sucesivos reajustes.

La cultura debe ser libre, no encorsetada ni controlada. Creativa. Es lo que permite el desarrollo y, al ser humano, crecer y volar.