Opinión

Cultura e identidad riberas

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En esta época del año, nos vemos abocados ya al despertar de la primavera, al carnaval. Y es que este tiempo y estas fiestas, si cabe, son las que mejor definen la identidad de un territorio, porque su origen se remonta a la noche de los tiempos.

Esta reflexión viene dada por la alarmante pérdida de identidad en lo que en otro momento fue la Ribera, un territorio cohexionado durante siglos por la misma cultura y la misma economía, desde el Moncayo a las Bardenas, y desde Castejón hasta Mallén. Viendo sólo imágenes de los diferentes actos navideños podríamos pensar que los habitantes de Monteagudo (Navarra) y Malón (Aragón), nucleos urbanos separados apenas por un río, están a miles de kilómetros de distancia.

"La uniformización regional está destruyendo la identidad de la antigua Koiné ribereña"

La uniformización regional (o autonómica, como prefieran llamarla), llevada a cabo desde el presentismo superficial por buena parte de la clase política, y que ya fue institucionalizado por los grupos de coros y danzas a mitad del siglo pasado, está destruyendo la identidad de está antigua Koiné ribereña.

Estamos hablando de lo que mi amigo Alberto Jiménez, doctor en Historia, define como “Cultura Rayana, aquella cultura fronteriza y comercial que se forjó en los pueblos de la raya entre los reinos históricos de Castilla, Aragón y Navarra a lo largo de las edades medias y moderna”.  Una aculturación que se ha convertido en uno de los principales factores del despoblamiento de nuestras comarcas y, por lo tanto, un factor clave del decrecimiento económico. Para hacérnoslo mirar.