Opinión

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Los que ya tenemos años, tendemos a la nostalgia y solemos identificar nuestra juventud con una sociedad también mejor.

Hay factores que, sin duda, nos inducen a pensarlo. Entonces éramos jóvenes, habíamos vivido menos, pecábamos de inocentes, ingenuos, no habíamos descubierto muchas de las miserias propias del ser humano en toda su crudeza. Vivíamos todavía en el rescoldo del seno familiar. Los entornos eran más limitados por la propia estructura de la sociedad. Todo lo cual, nos hace ver esa ápoca como más humana, y tal vez lo era, pero en muchos aspectos su supremacía puede ser un espejismo en la distancia del tiempo; también había rencores, odios, violencia, etc. No había drogas, pero existía el alcohol como droga dominante.

Hoy, la sociedad es más justa. La sanidad está universalizada en nuestro país. Los servicios sociales están más extendidos, aunque hay personas que pasan hambre. La educación, la cultura, están universalizadas, o al menos más al alcance de la mayoría. Podemos viajar más fácilmente. Los derechos están más reconocidos; el seguro en las bajas por enfermedad, en la jubilación. Por citar algo de lo más importante

Por supuesto, el mundo sigue dominado por grandes poderes económicos y políticos que persiguen su propio beneficio; por líderes carismáticos que hacen lo propio. Ellos son los responsables de que en esta evolución positiva haya traspiés que ocasionen recesiones, sufrimiento e incluso guerras. Pero siempre emerge la esperanza con hombres y mujeres buenos que dan lo mejor de ellos para seguir adelante. En todas las épocas aparecen oportunistas disfrazados de ideales, de salvadores, que en muchos casos destrozan lo logrado. También los conformistas que son una rémora insulsa e irresponsable.

Pero haciendo cómputo, el mundo ha ido a mejor, gracias a personas con ideales, que han investigado, han luchado, han intentado hacer una sociedad más justa. Son a los que debemos los avances. Entre ellos hay intelectuales, pensadores, artistas, científicos, políticos con ideales, millones de trabajadores que intentan hacer su trabajo lo mejor posible cada día. A todos ellos se debe que la sociedad sea cada vez mejor. 

Hay más factores, pero solo por esto, podemos asegurar, que no cualquiera tiempo pasado fue mejor. Debemos desterrar las nostalgias del pasado y mirar hacia el futuro. Es nuestra responsabilidad construir un escalón más alto de justicia, humanismo y bienestar donde se alojen las generaciones venideras.