Psicología

¿Qué es la espiritualidad?

Esta palabra, que tan negativas connotaciones tiene para la mayor parte de la sociedad, desgraciadamente, y que erróneamente se asocia con la religión de forma sinónima, es algo que todos poseemos (que todos somos), sin saberlo. Según Puchalski y Romer (2000) “espiritual” es: “Lo que permite a una persona la experiencia transcendente del significado de la vida”. ¿Quién en toda la tierra puede decir que no ha tenido una experiencia transcendente del significado de la vida?. Hay infinitas definiciones de lo “espiritual”, pero solo difieren en la forma, porque en lo esencial, todas vienen a decir lo mismo. Por eso desde hace décadas se está abogando en medicina y psicología por la concepción del ser humano como un ser bio-psico-socio-espiritual (Engel, 1977; Sulmasy, 2002). En concreto, y en psicología, la que trata este ámbito de la persona es la “psicología transpersonal”, que sería la unión de la psicología con la espiritualidad.

Pero cabe preguntarnos todavía muchas: “¿cómo son las experiencias transcendentes que viven las personas?, ¿son en todos los casos iguales?, ¿tiene la vida el mismo significado para todos?”. Parecería que la respuesta a estas cuestiones dividiría la experiencia espiritual de las personas, hasta caer en un relativismo tal que desproveería de transcendencia a toda espiritualidad. Sin embargo, no ocurre así. Pues cuando una persona se toma realmente en serio el verdadero significado de la vida y está profundamente comprometida en esta búsqueda, emprende un camino que le lleva a una misma experiencia compartida por todas las personas en esa búsqueda espiritual: la unidad.

El despertar y desarrollo de la dimensión espiritual, siempre pasa por una ruptura del propio yo (ego), y un duro camino evolutivo (no libre de sufrimiento) en la superación de dicho ego, para alcanzar esa experiencia transcendente del significado de la vida, en la que la persona deja de sentirse “persona individual” para ser TODO lo que existe, y vivirlo desde esa totalidad.

En resumen, la espiritualidad no es más que la dimensión humana que comunica la esencia de lo que somos como personas, con la esencia de todas las demás cosas. O por explicarlo con un símil de Willigis Jäger (2013): “la ola es el mar”. Y la esencia es el agua.