Psicología

Nuestra familia, ¿hasta dónde llega?

Un año más se dan cita las fiestas de nuestra tierra.

¿Cómo te encuentras para recibirlas? ¿Te apetece vivirlas? ¿O te marcharás de Tudela para evitar la agitación? No todos vivimos igual la última semana de julio. Sin embargo a todos nos “toca” este momento, de una forma u otra, porque todos formamos parte del grupo humano que constituye la ciudad de Tudela. Y eso es lo que celebramos  todos en estas fechas, transcendiendo nuestras diferencias.  Igual que nuestro cumpleaños es el recuerdo (¿celebración?) anual por seguir vivos, las fiestas de nuestra ciudad son el recuerdo de que pertenecemos a una colectividad que está viva, que tiene un nombre y que, lo sintamos así o no, nos define como unidad. Y eso es lo que tenemos que celebrar este mes una vez más. 

Somos un pueblo de 35.000 personas que convivimos diariamente unos con otros, aunque no nos conozcamos todos. Por eso, estas fechas son una oportunidad para experimentar la familia a la que pertenecemos, meditar sobre ello, y tener la voluntad de destinarnos atención y cuidado entre nosotros el resto del  año hasta las próximas fiestas. Como en todas las familias, puede haber miembros por los que sintamos más simpatía y atracción que otros, puede que incluso haya “familiares” con los que estemos enemistados y mantengamos una distancia conscientemente, pero ni si quiera esto nos excluye de la familia tudelana.

  Las fiestas son el recuerdo de que pertenecemos a una colectividad que está viva”

Ojalá que los días que vienen te hagan sentir uno con tus vecinos, puedas trascender cualquier tipo de distancia con toda aquella persona desconocida que te encuentres, y celebres vivir donde vives, y con quien vives. Te prometo que esta actitud interior te proporcionará paz y bienestar. Y si además consigues conservarla durante el resto del año, tu felicidad estará asegurada, y podrás resolver los problemas cotidianos que surjan con facilidad y armonía.

¡Viva Santa Ana!, ¡Viva!

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