Quejas
El último partido jugado por el Ablitense comenzó con un suceso insólito en el mundo futbolístico. Después que los árbitros realizaran la rutinaria inspección al terreno de juego y justo antes de dar inicio al encuentro, el colegiado principial se percató de que en una de las porterías estaba atada una persona. La Guardia Civil, presente en el campo, lo identificó como Timoteo Bonel, actual presidente del club ribero.
Bonel quiso con este acto pacífico protestar ante la “injusta” actuación de Fernando Castillejo Álvarez, quien les arbitró en su encuentro frente al Larrate el último fin de semana de abril. “Expulsó a dos jugadores pero no nos entregó el acta, por lo que cuando el jueves accedimos a internet para ver qué sanciones habían impuesto a nuestros jugadores, nos soprendimos de ver la cantidad de partidos que les habían echado a ellos y a algunos más, además de al delegado, al masajista y a mí, aunque eso es lo de menos”, comentaba Bonel. “Estamos mirando abogados para llevar el tema por la justicia ordinaria. Queremos que este señor, que es un enchufado de la Federación y quieren ascenderlo a Tercera, se retracte de las calumnias que redactó en el acta y se restituya el honor de mis jugadores y del club, porque después de que salieran las sanciones recibí 1.000 llamadas para preguntarme qué había pasado”.
