No a los circos con animales

Se ha instalado esta semana en Tudela un circo cuyo principal reclamo es algo que denominan “El gran exótico de Animales Salvajes” e imagino que muchos padres acudirán con sus hijos para que los niños puedan disfrutar observando en su ciudad especies lejanas o excepcionales habilidades de los animalitos. Los pequeños lo harán con inocencia e ignorantes de la cruda realidad que esconde el espectáculo, pero ¿son los adultos conscientes de ella? ¿de veras creen que leones o camellos se encuentran aquí en unas condiciones adecuadas para su especie? ¿cómo creen que adquieren las habilidades que muestran?

Aunque resulte más cómodo ignorarlo, conviene saber que detrás del colorido, la fingida simpatía y la magia se esconden en estos circos trágicas circunstancias de privación de libertad, sufrimiento, maltrato e incluso muerte. Efectivamente, estas criaturas son alejadas de sus entornos naturales y sólo son liberados de sus cadenas o reducidas jaulas para el adiestramiento y realización de ridículos trucos que aprenden después de horas de repeticiones, de golpes y de la confusión que les provoca verse obligados a realizar acciones impropias de su naturaleza. Los largos desplazamientos entre ciudades a los que se ven sometidos encerrados en pésimas condiciones no hacen sino recrudecer el estado físico y emocional de estos animales; a menudo privados de los más mínimos cuidados veterinarios y afectivos; enfermos a consecuencia del constante maltrato recibido, de la falta de ejercicio y socialización, de las mínimas condiciones de ventilación e higiene; muertos en la más absoluta miseria o incluso asesinados cuando su edad o aptitudes dejan de ser útiles para quienes los someten.

Conscientes de todo ello otros países prohíben ya los circos cuyo espectáculo suponga el maltrato de animales. En España, 133 municipios les impiden instalarse; y en Tudela seremos muchas las personas contrarias a su presencia, aunque probablemente aún pocas las que nos movilicemos pacíficamente para informar a nuestros vecinos y mostrar nuestro rechazo al sufrimiento que encierran sus actividades. Reflexiona y sé consecuente: no acudas, no lo fomentes. NO A LOS CIRCOS CON ANIMALES. Gracias!