Plumas al cierzo

Nanas al niño

 

 

A cantar al Niño,
por verle dormir,
llegaron pastores 
de todo el país
tocando panderos,
chistu y tamboril.

Pero el Niño Dios
no puede dormir.

Se acercaron gentes
de todas las Patrias
tocando timbales,
bendires, guitarras,
trompas, castañuelas,
liras y campanas...

y el Niño...los ojos
llenos de ventanas.

Y cuando cansados 
de tanto concierto,
se calló la música
y gritó el silencio...
se durmió María,
se durmió José,
la estrella y el ángel,
la mula y el buey,
¡todos se durmieron 
en aquel Belem...!

...Y, al verlos dormidos,
aquel Niño Niño
se durmió también..