Gurelur denuncia al Gobierno de Navarra porque "en vez de trabajar en la correcta y necesaria adecuación de los tendidos eléctricos, se dedican a la captura y manipulación de águilas reales, mientras se les siguen matando águilas reales y todo tipo de aves en los mortíferos tendidos".
En un elaborado estudio del propio Gobierno de Navarra, publicado en el año 2002, viene recogido el grave problema ambiental que se da en los tendidos, cifrando en 2.500 kilómetros los tendidos peligrosos para las aves. En los 10 años del citado estudio se detectaron 1.212 ejemplares de aves electrocutadas, entre las que había 22 de águila real. A estos ejemplares hay que unir los cuerpos de otras aves que no se detectan por la acción de los carroñeros que se llevan los cuerpos lejos de donde han caído.
Según Gurelur, "este número de muertes tenía que haber motivado el aumento en las labores de acondicionamiento de los puntos peligros; en vez de ello, se dejaron de realizar las labores de acondicionamiento, con el consiguiente aumento de las mortandades de especies catalogadas en estas instalaciones".
A pesar de que se conocen los puntos críticos de los tendidos eléctricos para las águilas reales y la grave afección que está sufriendo esta especie y el resto de especies protegidas que mueren los tendidos, bien sea por choque o electrocución, "ahora se dedican a molestar a las águilas reales y a gastar el dinero que se debería utilizar en eliminar las causas que las están matando, en capturar águilas reales con la peregrina excusa de que con ello van a conocer las posibles afecciones de las redes eléctricas. Dado que ya se saben las causas que matan a las aves, y también se saben los puntos peligrosos de los tendidos eléctricos, Gobierno y empresas eléctricas lo que tienen que hacer es trabajar en su acondicionamiento", señala Gurelur.
