¡Señoras y caballeros!
oficio que viene de ayer
y al mundo le viene al pelo
más no necesita taller,
lo realiza el peluquero;
siendo fácil entender,
que este trabajo somero
al futuro no ha de temer.
Con peine, tijera y esmero
¡a la moda parisién!
con navaja de barbero
¡un peinado con tupé!;
siempre, un corte retrechero
que nos haga sentir bien,
será el motivo primero
que aquilate este quehacer.
En sus salas, mentideros,
para nada se habla de fe,
sí, de los chismes de pueblo,
fútbol, toros, y el poder;
las de señoras, por cierto,
cumplen el mismo papel,
y un servicio más completo,
se dignan en ofrecer.
Los salones de mi pueblo,
¡saben su trabajo hacer!
procurando lo primero
que contento quede usted.
Y un consejo muy sincero,
al pelo aquí viene ¡par diez!
¡nunca dejéis que “pal-pelo
os den”, en serio, ¡o veréis!