Mendigando amor

Te colaste en mi vida de puntillas

como un mendigo esperando un

poco de comida,

te adueñaste de mi ánimo con

mentiras.

Como aquel que implora migajas

de ternura.

 

Desapareciste bruscamente, sin

una despedida

sin una excusa, sin una acción que

incitara a la duda.

Como un ladrón después de haber

saqueado

toda una fortuna.

 

Y ahora, cuando tu mirada se cruza

con la mía

cuando las palabras que quieres

decirme

mueren de vergüenza sin salir de

tu boca

me siento muy afortunada, de no

ser la otra...