Tudela

Las veneras y los trajes de gala que ha usado el concejo

Desde el año 1512 los regidores llevaban en los actos públicos unas varas como señalamiento del cargo, pero dado que este distintivo lo usaban igualmente diferentes autoridades como Merinos, Justicia, Porteros Reales y otros cargos, queriendo diferenciarse, el Ayuntamiento solicitó el que los concejales pudiesen usar unas medallas o veneras con una imagen de San Pedro Advíncula por una parte y por la otra las armas de la ciudad.

Presidencia en la procesión de Santa Ana en 1971. Gobernador y diputado por Tudela, alcalde y los dos tenientes de alcalde de la ciudad. Los tres tudelanos llevan al cuello la venera.
photo_camera Presidencia en la procesión de Santa Ana en 1971. Gobernador y diputado por Tudela, alcalde y los dos tenientes de alcalde de la ciudad. Los tres tudelanos llevan al cuello la venera.

El uso de las veneras municipales, en origen de oro, fue concedido a los componentes del Ayuntamiento por Real Cédula de 22 de octubre de 1621.

Según imponen las ordenanzas municipales del año 1943 en su artículo 12, a los actos públicos que asistiese el Ayuntamiento en Corporación, los señores que lo constituyesen debían de usar como distintivo «una venera pendiente al pecho» e igualmente que el Alcalde y los Tenientes de Alcalde, debían de emplear también el bastón con borlas negra y oro, distintivo de la autoridad: «El traje será el de etiqueta que corresponda o en su defecto traje negro o de color oscuro con corbata y guante blanco, excepto en los actos fúnebres que serán de color negro», indicaban las ordenanzas.

Según el artículo 13, la Corporación formará ocupando todos los concejales el lugar que les corresponda, empezando por el Secretario y continuando después hasta el Alcalde, que tendrá la presidencia. En todos los actos a los que asista el Ayuntamiento en corporación, irá acompañado del alcalde, maceros y guardias de honor. Los clarines y timbales asistirán cuando lo disponga el alcalde.

Especifica igualmente que cuando los concejales acudiesen a algún acto en calidad de tales, pero sin formar corporación, debían de llevar como distintivo la venera y por último que la corporación debía de asistir con la bandera de la ciudad al acto de recibir al Jefe del Estado y a las procesiones del Corpus Christi y de Santa Ana. Para ostentarla en cualquier otro, era necesario acuerdo del Ayuntamiento. 

Algunos datos sobre cómo vestían los regidores

En el año 1978 los regidores tudelanos decidieron acudir a las fiestas a las que acudían en corporación,  con pantalón de raya gris y chaqueta negra de levita, lo que hoy conocemos como media etiqueta, no significa que siempre a lo largo de la historia hayan vestido así. Varios son los trajes y maneras de vestir que se citan en documentos que han usado los regidores cuando en días de fiesta, salían con trajes de gala pera representar a la ciudad.

Conocemos como a las honras fúnebres de la reina Juana la Loca, los regidores en el año 1555 acudieron vestidos con mantos, capirotes –especie de cucuruchos de cartón forrados de tela, similares a los que se emplean ahora en Semana Santa, pero sin tapar la cara– y caperuzas –un tipo de bonete con punta hacia atrás– todo ello de paño negro de Teruel.

Los regidores vestían con gramallas

El día 14 de enero de 1560 pasaba por Tudela Isabel hija del rey Enrique de Francia, cuando venía a desposarse con el rey Felipe II de España. Nuestro Ayuntamiento salió a recibirle a la entrada desde el puente del Ebro, y el documento nos indica cómo iban vestidos los regidores, lo que nos muestra algunas de las ropas, que empleaban para las ocasiones de fiesta. Todos ellos iban ataviados con unas vestiduras muy usadas en la época, que se conocían como gramallas, que se usaba para las grandes solemnidades, al igual para recibimientos de personajes ilustres o apertura de Cortes. Eran unas batas largas, de terciopelo negro, con forro de tafetán, que llegaban hasta los talones, con mangas anchas y llevaban unas insignias de terciopelo y unas cadenas de oro. Portaban un palio de terciopelo brocado que en el centro llevaba las armas reales y en los colgantes laterales –las llamadas goteras– las armas de Tudela y de la reina bordadas.

Llegó la reina montada en un caballo blanco, y desde este punto y bajo palio, como se recibía a los reyes cuando entraban por primera vez en la ciudad, entraron en Tudela, acompañada de los ciudadanos, y que según dicen las crónicas de la época, llevaban todos quitadas las gorras, lo que nos indica muy a las claras que en aquella época la gente de Tudela se cubrían la cabeza con gorras.

Venera con el Escudo de la ciudad de Tudela (izquierda) y la imagen de San Pedro Advíncula (derecha)

Las gramallas sustituidas por el traje de golilla

Las gramallas dejaron de emplearse y ya en el siglo XIX los únicos que la usaban eran los alguaciles que iban delante del Ayuntamiento con las mazas. Los regidores al parecer en el siglo XVII o XVIII comenzaron a usar el conocido como traje de golilla, como distintivo siempre que salían a la calle durante el año que ejercían el cargo, posteriormente para todas las reuniones municipales y al final solo durante las salidas corporativas.

El traje de golilla era de color negro, de paño en invierno y seda en verano, corpiño ajustado, calzón corto, media negra, zapato escarpín de charol con hebilla de plata, chupeta abrochada por delante, con manga abierta, vuelos de seda y paños de encaje, gorguera de encaje flotando al viento y como atributo color hueso, capa muy corta y sombrero de fiel-tro de copa baja con ala plana y ancha, todo negro con guantes blancos.

Era precisamente esa gorguera lo que más significaba en la época al traje; una tira ancha y almidonada haciendo fuelle, que se ponía alrededor del cuello, con pliegues sujetos por el centro de modo que una mitad se abría hacia arriba, rodeando la cabeza y la otra hacia abajo. El traje según parece llevaba igualmente una tira de tela blanca sobre otra blanca que llevaban en el cuello.

Después de muchos dimes y diretes y tiempo de discusión entre los partidarios de su uso y los que no lo querían, –todavía en marzo de 1859 hay una instancia en el libro de sesiones del municipio en el que el Sr. Sánchez Assó, en aquel momento concejal y posteriormente varias veces alcalde de la ciudad, defendía el que se obligase a los concejales a que acudiesen a los actos públicos en la catedral, vestidos con el tradicional tarje de golilla. Este traje lo dejó de emplear el Ayuntamiento a principio del año 1863, siendo en la primera ocasión que salió en corporación sin llevarlo el día 6 de enero de ese año, cuando acudió a los oficios de la catedral. Según su propia descripción abandonaban el traje tradicional «para usar el usual en sociedad». No agradó al cabildo esa decisión, que acordó que no saliesen dos canónigos a recoger a la puerta de la iglesia a los componentes del Ayuntamiento, ni tampoco a despedirlos, como era lo habitual.

Trajes de etiqueta y media etiqueta

A partir de entonces alcalde y concejales acudían a los actos públicos y representativos, cuando salían en corporación con trajes de etiqueta o media etiqueta, es decir con chaqueta negra y pantalones grises de rayas, aunque cada uno se lo hacía y pagaba de su cuenta, por lo que no eran todos iguales.

Fue el primer Ayuntamiento democrático en el año 1978 el que decidió uniformar a todos los concejales igual; unos trajes iguales de media etiqueta. En el año 1995 el Ayuntamiento acordó uniformar también a las mujeres que vistieron de negro con falda plisada, chaqueta con ribetes bordados y camisa clara.

Como consecuencia de la recesión económica, en el año 2007 el Ayuntamiento, pienso que equivocadamente, decidió suprimir los trajes de fiesta que los corporativos lucían desde al menos el siglo XVI.