Tudela

Trucos para aislar... y ahorrar

Con la inminente llegada de las bajas temperaturas, se antoja necesario optimizar los recursos energéticos de la casa. Llevarse un susto cada dos o tres meses con la factura de la luz y el gas es una reacción cada vez más común, pero es evitable. Sólo hace falta aplicar pequeños trucos o gestos cotidianos que harán que no nos hipotequemos por echar mano en exceso y de forma temeraria de nuestra calefacción.

Sólo unas horas

En primer lugar, ojo con dejar la calefacción encedida durante muchas horas en los días en los que la necesitemos. Se trata del error con el que empieza todo. No sólo es perjudicial para el medio ambiente, sino que también tiene efectos perjudiciales para nuestro cuerpo (la piel se resiente) y, cómo no, para nuestra economía. Encenderla sólo unas horas y después aislar la vivienda es la solución. Ahora bien, ¿cómo realizamos ese aislamiento?

Atentos a las puertas

La primera medida es sencilla. Debemos cerrar todas las puertas de las habitaciones que no estén en uso. Así evitamos que el calor que desprende nuestro sistema de calefacción no se esparza de forma indiscriminada por toda nuestra vivienda.

"Aprovechar la luz solar a través de las ventanas es una buena forma de mantner calientes las superficies"

Otro foco de inutilización del frío son las pequeñas rendijas o huecos por los que se flitran las corrientes de aire, que incluso pueden chafarnos el aislamiento desde las propias puertas de acceso y salida a la casa. Una inversión en bajo-puertas, tiras que se colocan en la parte inferior de las mismas, redundará en resultados a corto plazo. Se amortizará.

No se puede olvidar, que en los días de otoño e invierno resulta muy ventajoso aprovechar la escasa luz solar que nos ofrece el día. Dejarla entrar en casa a través de las ventanas ayudará a acumular una temperatura agradable y a calentar todas las superficies.