Viviendo la fiesta con...

Javier Pérez de Obanos: "Tocar en los bailables desde el quiosco es un momento mágico"

Músico, profesor... su trayectoria le avala como una de las figuras más importantes en la recuperación de las músicas tradicionales de la Ribera. En Tudela, forma parte de los Gaiteros, de los que fue fundador hace 38 años, y disfruta ambientando los momentos más especiales. 

Perez de Obanos
photo_camera Javier Pérez de Obanos

Si hay alguien  a quien preguntar una duda sobre folclore navarro, quizás él sea una de las personas más idóneas a las que consultar. Javier Pérez de Obanos Oyarbide es gaitero, profesor y estudioso de la música popular y tradicional de la comunidad foral y su labor ha supuesto todo un soplo de aire fresco, especialmente en la Ribera de Navarra. Iniciado en el mundo de la danza desde muy joven, tomó su primer contacto con la gaita a los 15 años. Desde entonces -y ahora tiene 53- este instrumento  tan icónico de las fiestas ha sido su compañero fiel.

Pérez de Obanos, además, puede atestiguar que es el único fundador en activo de los Gaiteros de Tudela. Nada más y nada menos que hace 38 años surgió en la ciudad, con vocación de extenderse a la comarca, esta agrupación. “Se creó una especie de academia en la que los gaiteros de Pamplona venían un par de veces a la semana a enseñarnos”, recuerda. La necesidad de los grupos de danzas emergentes en la ciudad de un grupo propio de gaiteros, para no depender de las agrupaciones de otras localidades navarras, supuso el espadarazo definitivo. “Hoy en día podemos decir que hay escuelas de gaita en multitud de municipios de la Ribera como Murchante, Fustiñana, Ribaforada, Buñuel, Cascante, Castejón, Monteagudo... también en otras zonas, como la Rioja Baja o la Comunidad Autónoma Vasca, se ha extendido la divulgación de la gaita navarra”, señala. Para más inri, ¿quién concibe unas fiestas de Tudela -o de cualquier otra localidad- sin la animación de los gaiteros y sus notas?

Precisamente Pérez de Obanos es uno de los principales responsables, junto con su compañero Fernando León, de que en esta región se hayan recuperado músicas de antaño que durante muchas décadas habían caído en el ostracismo. Paloteados de nueva presencia en la Ribera como Cabanillas, Ablitas o Buñuel, la danza del carnaval de Fustiñana, el baile del Plego de Ablitas... son algunos de los hitos que a lo largo de estas casi cuatro décadas se han puesto en el mapa musical de la comarca.  

El Baile de la Era

Precisamente una de las piezas ante las que la demanda de gaiteros se hizo patente en Tudela es la predilecta de este músico insaciable. “El Baile de la Era quizás sea la que más me guste, aunque disfruto con todas. Con lo que menos, con las dianas, pero más que nada porque me cuesta madrugar tanto, no tiene que ver con la música en sí”, bromea. 

"En los inicios de Gaiteros de Tudela, venían los compañeros de Pamplona a enseñarnos; también nos teníamos que ‘comer’ casi todos los actos de las fiestas de Santa Ana porque éramos muy pocos"

Para él, un momento mágico que le llena muchísimo es el de los bailables, cuando los gaiteros amenizan las danzas tradicionales desde el quiosco antes de que la Banda de Música tome el relevo para la Revoltosa. “Pese a que llevo muchísimos años viviéndolo, me sigue pareciendo mágico. Tienes una perspectiva privilegiada de todo lo que está ocurriendo alrededor del quiosco, te fijas en quién baila realmente, quién no lo hace... tienes una visión bastante curiosa”, reconoce.

Desde hace varios años, Pérez de Obanos ha establecido una rutina con el grupo de gaiteros del 24 al 30 de julio. Para los integrantes de la agrupación, la semana festiva se antoja intensa, con infinidad de compromisos prácticamente a todas horas, ya sea acompañando a los gigantes o tocando en actos populares. No es un trabajo, pero como si lo fuera. Por eso alternan alguna que otra ‘libranza’, como las llama el propio Pérez de Obanos, para descansar de tanto trajín. “Yo llevo un tiempo con el mismo esquema. El día 24 lo toco todo, desde el punto de la mañana hasta la madrugada. El 25 y otro día en medio descanso”, explica.

Pérez de Obanos (2º por la izquierda), acompañado de otros integrantes de los Gaiteros de Tudela

Fiestas de día

El músico tudelano recuerda que en los inicios de los gaiteros eran tan pocos que se hacían prácticamente todas las fiestas, salvo alguna excepción en la que compañeros de Artajona o Pamplona venían a la ciudad para desahogarles de tanto compromiso. “Afortunadamente hoy en día somos los suficientes como para tener algún momento libre”, señala. Cuando él los tiene, le gusta salir y tomarse algo, “pero siempre con calma”. “Me han gustado las fiestas de noche pero, puede que por el tema de la edad, ahora me quedo sin duda con las de día. Además no puedo permitirme lo de salir hasta las tantas y luego dormir todo el día. Como mucho hasta las 3, dormir 5 horitas y después ponerte en marcha para salir a tocar a la mañana siguiente. Hay que estar fresco”, explica.

Pocos cambios

En lo que se refiere a los actos de fiestas, Pérez de Obanos opina que el programa no ha cambiado demasiado en 25 años. “Tiene un esquema parecido. Almuerzos, actos religiosos, actos populares, verbenas y charangas, los bailables y la Revoltosa, homenajes y ‘homenajicos’, que los hay muchos... no creo que haya experimentado demasiados cambios”, señala. “Quizás en el ámbito concreto del público más joven las cosas estén cambiando algo últimamente, pero lo que siempre he echado de menos para este segmento de la población tudelana son los conciertos propiamente dichos. Espectáculos en directo de rock, por ejemplo, cosas que ves en otras fiestas de Navarra y aquí ha costado más introducir”, expone Pérez de Obanos.

Lo dice alguien que no solo ha experimentado y hecho de la música folclórica tradicional su profesión, sino un músico que también ha formado parte de grupos multiculturales y de fusión como Numidia, histórica formación que se ha reunido con asiduidad recientemente, y, actualmente Dantzaro, una banda que propone piezas tradicionales del imaginario colectivo navarro con los instrumentos de siempre pero con un sonido más ligado al pop-rock, con batería, guitarra y bajo. Pérez de Obanos se declara amante “de todos los estilos musicales”. “Siempre que sean respetuosas con distintas realidades -matiza-, como los pueblos, las sensibilidades... sobre todo en el tema de la mujer veo que hay mensajes que rozan lo ofensivo y eso personalmente no me gusta”, dice.

"Me considero amante de prácticamente todos los estilos musicales; creo que las músicas del mundo tienen que encontrar su lugar y han de ser divulgadas, siempre que sus mensajes sean respetuosos con los pueblos, con las sensibilidades... en la ctualidad hay mensajes que son ofensivos, sobre todo con el tema de la mujer"

En su opinión, la música tradicional está muy bien cuidada en la actualidad. “Comparado con otras épocas, como la de la Guerra Civil, en la que por ejemplo la gaita estaba escondida, se ha hecho un gran trabajo de recuperación y actualmente se difunde con asiduidad, se promueve en los festejos”, explica. 

Por si fuera poco, detalla que “el relevo está asegurado”. “En las escuelas tenemos todo tipo de alumnos, jóvenes y no tan jóvenes. Aquí no sobra nadie y no le cerramos la puerta a personas de más de 40 o 50 años que quieren iniciarse. En el caso de los más jóvenes, la presencia está asegurada y creo que el eslabón de la cadena  entre los que estamos ahora y los que vendrán no se va a romper”, afirma.

"La música tradicional está muy bien cuidada en la actualidad en comparación con su situación en algunos momentos del siglo pasado; con respecto a los jóvenes que vienen, creo que el relevo está asegurado y el eslabón entre los que estamos ahora y los que vendrán no se va a romper"

De momento, él asegura que le queda mucha cuerda todavía. “Por edad y por ganas, no me planteo dejar esto, menos aún después de que la docencia musical se haya convertido en mi trabajo. Musicalmente y físicamente me veo en forma”, advierte con energía.

El músico y docente recuerda también con agrado su pasado en los medios de comunicación, como corresponsal del diario Egin en Tudela y la Ribera y como colaborador de PLAZA NUEVA, precisamente en Especiales de Fiestas de Tudela y de Navidad. “Estuve en la profesión durante 11 años y me gustaba mucho escribir, pero, a decir verdad, me quedo con la música. Lo mío es la gaita”, señala. Su trayectoria le avala.