Estos días los niños retoman su actividad escolar. El final de las vacaciones de verano y la vuelta a las aulas puede afectar a los niños siendo una etapa traumática. Por ello, es importante que los padres sigan una serie de consejos para preparar a los niños.
Así reduciremos el riesgo de que sufran el denominado ‘síndrome de la normalidad infantil’. Se trata de un conjunto de síntomas como el cansancio, la ansiedad, la depresión, la falta de apetito, etc., que aparecen al haber realizado un cambio drástico de hábitos. Se pasa del disfrute de las vacaciones, la libertad de horarios, las comidas diferentes a las habituales, a la vuelta a la rutina de las actividades escolares, los horarios definidos, una dieta más normalizada, etc.
Los padres pueden ayudar para que los niños retomen su actividad del modo más agradable posible y sin que sea tan traumático. Es conveniente que los niños se vayan acostumbrando a la rutina del horario antes del comienzo del colegio, acostarse más pronto e igualmente levantarse más temprano. Es interesante empezar a realizar las comidas a las mismas horas de antes de que se iniciara el periodo vacacional.
El orden, el de los padres
Los padres jugarán un papel importante a la hora de reducir los problemas y efectos negativos. Algunos niños se vuelven más agresivos y están más irritables, estos signos tienen que ver con la depresión infantil causada por tener que abandonar ese periodo de ocio. Lo cierto es que es algo que también le ocurre a los adultos, es difícil abandonar el disfrute, el relax y el ocio por la rutina laboral. Es importante contar con el niño a la hora de preparar todo lo que necesitarán para la nueva temporada escolar. Haciéndoles partícipes se les insufla ilusión y confianza.
"Hay que hablar con los niños y preguntarles cómo les ha ido la jornada escolar"
Es importante hablarles de todo lo bueno que se van a encontrar al volver al colegio. Reencontrarse con compañeros y amigos, retomar juegos y actividades extraescolares, mostrar los beneficios de compartir, aprender, etc. Dejar que los niños hablen y expresen sus preocupaciones, sus inquietudes y sus miedos ayudará mucho a que se liberen y comprendan.
Es recomendable que los padres hablen con sus hijos y les pregunten sobre la jornada, si han conocido nuevos compañeros, escuchar las posibles frustraciones que experimenten… todo ello conforma una magnífica terapia para los niños y facilita que la vuelta al cole sea mucho más agradable. Durante los primeros días no es recomendable que nada más salir del colegio los niños empiecen a hacer los deberes, es necesaria la pausa y la relajación de la merienda para que no se produzca el efecto de sobrecarga escolar. Los primeros días los padres deben ayudar a sus hijos, de este modo los niños se sentirán respaldados y tendrán más confianza. Pequeños detalles hacen mucho, aclararles las dudas que puedan tener, felicitarles por haber acabado las tareas, proporcionarles consejos sobre cómo organizarse, etc.
