El entorno en que vivimos no puede dejarse al azar. Intuimos que existen unas leyes naturales que nos permiten crear espacios habitables y, precisamente, el milenario arte del feng shui es el resultado de la búsqueda de esas leyes.
A través de la observación meticulosa de los paisajes naturales, los antiguos chinos identificaron cómo se comportaban las energías que les rodeaban y cómo influían sobre las personas. Por eso, a veces se definen los consejos de feng shui como la acupuntura de los edificios.
Dentro del feng shui existen diferentes tendencias. La más antigua, la escuela de la forma, se corresponde con los sencillos principios que hemos explicado y está vinculada sobre todo al estudio del terreno geográfico para elegir el emplazamiento más idóneo. La escuela de la brújula, por otro lado ofrece soluciones para cada espacio de la casa. Los consejos de decoración que vienen a continuación tienen que ver con estas dos escuelas.
En lo que respecta al recibidor, conviene que sea un espacio alegre, amplio y bien iluminado, que resulte acogedor tanto para uno mismo como para los invitados. La luz más adecuada es la de tipo matizado y cálido.
El lugar más público de la casa, la sala de estar, debe contar con abundante luz, por eso es conveniente que las ventanas estén orientadas hacia el sur. Tener lámparas de pie o de mesa o no colocar los asientos de espaldas a las ventanas o puertas son otro sinónimo de equilibrio.
En el comedor, lo ideal es que no haya demasiados muebles, para no descentrar al habitante de lo que ocurre en la mesa. La forma ideal de ésta es redonda u octogonal.
El predominio del metal en la cocina debe compensarse con la presencia de objetos de madera. En cuanto a los dormitorios, lo ideal es que la cama esté en diagonal con respecto a la entrada. El cabecero debe estar apoyado contra una pared sólida.
Fuente: elcorreodelsol.com
