Tudela

Aitor Calleja: "Disfruto sabiendo que mis figuras hacen sentir a los niños la ilusión que yo también viví"

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Aitor Calleja es el artífice de los gigantes que representan los cuatro evangelios y que la Comparsa Perrinche de Tudela encargó para conmemorar el cuarto centenario de la tradición de los Gigantes y La Tarasca en Tudela, iniciada por Felipe Terrén. Lleva más de 10 años dando forma a las figuras más entrañables de la geografía navarra y nacional. En su taller de Orrio, en la Cuenca de Pamplona, da vida a estos enormes protagonistas de la fiesta en un caos ordenado de moldes, herramientas y materiales. Así trabaja un artesano de gigantes.

¿Cómo un chico de 17 años empieza a fabricar gigantes y continúa haciéndolo hasta ahora? ¿De dónde viene esa afición?

La afición por los gigantes la he tenido desde niño, desde que mis padres me llevaban a ver bailar los gigantes de Pamplona y Barañáin, localidad donde vivía. Todos mis juegos de infancia giraban en torno al mundo de los gigantes, de hecho, mi padre me realizó un gigante cuando tenía 9 años para que lo bailara en las fiestas de Luquin, el pueblo de mi abuela.

Con el tiempo fui combinando mi afición por las manualidades y los gigantes, de manera que con 15 años tuve la oportunidad de restaurar los cabezudos de la comparsa de Tudela. Esta primera intervención fue la que me orientó hacia la que es hoy en día mi profesión. Después fueron surgiendo nuevos trabajos que me han dado la oportunidad de experimentar y evolucionar hasta alcanzar mi propio estilo.

¿Cómo comienza el proceso de creación de estas figuras?

El proceso comienza cuando el cliente se pone en contacto conmigo para trasmitirme su idea, en base a ésta realizo unos bocetos en los que se representa a grandes rasgos las características generales del gigante, tras documentarme acerca de los vestidos, complementos, etc., del personaje a representar.  Partiendo de esos bocetos realizo unos planos a escala, los cuales me servirán como referencia a la hora de dar forma a la figura.

Y después...

Ésta se modela en arcilla sobre una estructura que marca los volúmenes generales, siendo el proceso del modelado uno de los más importantes puesto que en él se definirán tanto los volúmenes como los rasgos del gigante, así como la calidad escultórica del mismo.  Posteriormente, se realizan los moldes o negativos en escayola, que serán rellenados de cartón piedra. Una vez secas las diferentes piezas que lo componen, se extraen y se montan.

La figura en cartón piedra es enmasillada, lijada y pintada, siendo en esta parte del proceso donde la figura cobra vida. Por otra parte, se arman los caballetes de madera sobre los que se colocará la figura, unas estructuras que deben ser suficientemente espaciosas para que el bailador pueda manejarse con soltura. Paralelo a todo este proceso, una experta modista confecciona los vestidos en base a los bocetos presentados.

¿Qué es lo más apasionante de este oficio?

Mi trabajo en sí me apasiona. Personalmente, es muy satisfactorio ver cómo he ido evolucionando en todos estos años de trayectoria profesional, manteniendo siempre la ilusión por ser mejor cada día, con inquietudes y nuevos proyectos en la cabeza. Además, disfruto sabiendo que mis creaciones participan en las distintas fiestas y pueden hacer sentir a otros niños la ilusión que a mi me producía verlas bailar.

¿Da para vivir?

Durante todos estos años he tenido la suerte de poder  ir enlazando un trabajo con otro, de manera que nunca me han faltado encargos, pero bien es sabido que en el mundo artesano hay que trabajar muchas horas y sacrificar parte de tu vida personal para salir adelante. El único misterio es trabajar mucho, dedicarte de lleno y dejar satisfechos a los clientes para que sigan contando contigo en otras ocasiones. Debo decir que desde el Centro Cultural Miguel Sánchez Montes he recibido los mayores encargos que han hecho posible en gran medida que me haya podido dedicar a esto.

¿Para qué localidades ha trabajado?

He realizado gigantes para las localidades riberas de Valtierra, Fitero, y Perrinche de Tudela, pasando por Villava, Aoiz, Ezcaroz. Incluso las vizcaínas Ortuella y Trapagarán, además de los gigantes txikis que he realizado para particulares. Si hablamos de otras figuras puedo destacar La Tarasca de Tudela o los zaldikos de Aoiz.

“Aunque parezca mentira, después de haber pasado por el taller tantas figuras, sólamente me vienen algunos recuerdos de los procesos tan largos que conllevan algunas de ellas”

 

Aparte de las figuras realizadas por mí, he realizado un sinfín de restauraciones, de las cuales las más destacadas son los gigantes de Vilafranca del Penedés en Barcelona, los cabezudos de Madrid, los gigantes de Cervera del Río Alhama, Alfaro, Larraga, Funes, Elizondo, etc.

¿De qué figuras guarda un mejor recuerdo?

Por la parte personal siento un especial cariño por los gigantes de Fitero, ya que mi familia paterna es originaria de esta localidad. Por el lado artístico, disfruté mucho realizando las parejas de gigantes cristianos y del reyno del Centro Cultural Miguel Sánchez Montes. También fue emocionante poder participar en la recuperación de La Tarasca de Tudela.

En el caso concreto de los nuevos gigantes de la Comparsa Perrinche, ¿cómo fue el proceso creativo?

El proceso creativo viene a ser el mismo que el de cualquier gigante, pero con la dificultad añadida de que se trataba de formas animales, a las que hasta el momento no me había enfrentado. A pesar de esta dificultad he disfrutado, ya que se trataba de un proyecto totalmente diferente y que hasta el momento no habíamos conocido en Navarra, no como en Catalunya y Valencia, donde es más común ver desfilar junto a los gigantes diferentes bestias como leones, mulas, águilas, dragones, tarascas, o bueyes.

Una vez diseñadas, hechas y puestas en marcha las figuras, ¿qué siente al verlas portadas en bailes y representaciones?

Aunque parezca mentira, no soy consciente de que esas figuras las haya podido hacer con mis propias manos. Después de haber pasado por el taller tantas figuras, sólamente me vienen pequeños recuerdos del largo proceso que requirió cada una. Pero sin duda me da mucha satisfacción verlas en la calle, aunque siempre con una actitud crítica que me sirve para corregir los posibles errores que en su día pude haber cometido.

Rosa Tobajas