Navarra

“Afrontar la enfermedad es como construir la casa desde los cimientos”

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¿Cuánto tiempo hace que colabora en la Asociación y cuál es su principal función?

Personalmente, participo en la Asociación Española contra el Cáncer en Navarra desde 2011 pero la asociación tiene una larga trayectoria de actuación en la Ribera. Mi función principal es la atención psicológica para pacientes oncológicos y para sus familiares. Además también se realiza atención social, apoyo en el alojamiento en pisos cercanos al hospital y realizamos una labor de divulgación y concienciación relativa a la prevención del cáncer, tanto con niños y jóvenes como con adultos. Sabemos que un fomento de hábitos saludables puede prevenir el cáncer en un 35% de los casos y por lo tanto lo intentamos incorporar desde edades tempranas

¿Qué aspectos prioritarios debe tener en cuenta una persona que se enfrenta al cáncer directa o indirectamente?

Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer suele encontrarse ante una situación totalmente nueva e imprevista y puede sentirse desbordada. Todas las dimensiones de la persona afectada se tambalean y uno se encuentra que ha de “construir” una nueva forma de vivir, como quien construye una casa desde los cimientos. Por un lado, es fundamental contar con un equipo de profesionales de la salud que transmita la garantía de soporte que uno necesita en estos momentos. Esta relación paciente-profesional se basa en la confianza mutua y ésta se va construyendo poco a poco a través de un espacio que permita una explicación comprensible de la enfermedad y favorezca la expresión y resolución de dudas Por otro lado, tras el shock inicial, es importante recuperar la entereza para hacer frente a la enfermedad y a los tratamientos. Por esta razón, merece la pena no descuidar el aspecto psicológico.

¿Quién solicita más la ayuda de AECC? ¿Los familiares o los propios enfermos?

La mayoría de las personas que atendemos son enfermos pero los familiares también son afectados. El cáncer es una enfermedad que no solo atañe a quien la tiene si no que influye en su entorno. Nadie nos ha enseñado a cuidar en estas situaciones y, como suelo decir, en ocasiones, los familiares más cercanos viven la enfermedad con mayor dificultad que el propio enfermo. En las familias en las que se da una comunicación abierta y natural, donde se posibilita un espacio para cada miembro sin que la enfermedad invada toda la dinámica familiar, se observa un beneficio para todos.

¿Se sigue aplicando en algunos casos la política de ocultar la enfermedad al propio enfermo como fue habitual hace unas décadas?

No, actualmente se intenta ajustar la información a las necesidades de cada persona. En primer lugar la ley 41/2002 de autonomía del paciente nos insta a respetar el derecho que tenemos cada individuo al conocimiento de la información referente a nuestra salud. En segundo lugar, se han dado una serie de cambios a nivel social, tras los cuales nos encontramos con una amplia diversidad de necesidades a este respecto. Lo fundamental es poder adaptarnos a cada uno y con este fin, el Departamento de Salud realizó recientemente un estudio sobre la comunicación entre profesionales y pacientes oncológicos y se ha propuesto una línea de mejora en este sentido que garantice que la información sea asumida de forma correcta y posibilite un mejor afrontamiento de la enfermedad.